Monny

Capítulo 4

Dos años después:

Remus tenía dos años de casado con Greyback y el ya consideraba al castaño infértil, aunque Greyback seguía necesitando a Remus, no lo dejaría, el necesitaba a ese chico castaño que ayudaba con la casa y la tienda, podría tener una amante y ella si podría darle el hijo que Remus no podía.

Remus trabaja muy bien, había logrado ganarse la simpatía de los clientes y de todas sus amigas en el taller, el estaba feliz de tener una familia al fin.

-. Buenas tardes ¿Que necesitan?- preguntó Remus al ver entrar a un hombre joven y al que supuso era su pareja, ambos eran atractivos.

-. Mi hermano necesita un vestido.- Remus noto que el chico parecía de su edad.- no importa el precio, mi hermano merece lo mejor.

-. Basta Sirius.- dijo el chico pelienegro que parecía de la edad del castaño.

Remus atendió a los hermanos Black aunque solo respondía lo mínimo, no quería realmente conversar con los clientes, Greyback se lo habia prohibido al pensar que coqueteaba con un alfa que solo buscaba un vestido para su madre, Remus solo estaba ayudando.

-¿Te gusta? Creo que a James le gustará.- dijo el Black menor con una sonrisa boba al imaginar a cierto alfa con cabellos despeinados.

-. A quien le importa James, con que te guste a tí.- dijo el Black mayor, Sirius miraba como el chico que los atendía intentaba alcanzar una caja con un moño celeste.

Sirius se acercó al chico y bajo la caja, Remus simplemente tomo la caja, sus manos no dejaban de temblar, Sirius noto las marcas que el chico tenía en sus manos y no pudo evitar tomarlas y verlas bien.

-¿Quién te hizo esto? Tienes quemaduras de cigarrillos.- preguntó Sirius, Remus aparto sus manos rápidamente, no quería problemas.

-¿Ya terminaron de elegir?- preguntó Remus remplazando la pregunta de cierto chico de cabello algo largo.

-. Sirius, me gusta este, es lindo.- dijo Regulus con una sonrisa, Remus miro el vestido era bonito para un omega como el chico Black.

Sirius le digo a su hermano que eligiera unos zapatos o otra cosa que quisiera, el pelinegro estaba observando a cierto omega de cabello castaño, el alfa estaba seguro que ese omega era de la edad de su hermano, Regulus todavía iba a la escuela, mientras que ese joven omega trabajaba y se notaba que estaba un poco cansado.

-. Hola Black.- dijo Fenrir, Sirius no supo cuando el señor Greyback había bajado de su oficina.

Para Sirius Black y James Potter, solo había algo que no les gustaba de la tienda de ropa de Greyback y era el dueño mismo, Fenrir era un mal jefe, Potter había estado cuando cierto alfa golpeó sin importarle delante de todos a su esposo, esa fue la primera vez que Greyback golpeó en la cara a Remus.

-¿Vienes por un traje?- preguntó Greyback.- no sé, si tú bolsillo te lo permita.

-. No, busco algo para mi hermano.- dijo Sirius simplemente, intentando no rodar sus ojos.

-. Remus, ven.- pidió Greyback al chico castaño de vestido amarillo, Remus mantenía la cabeza baja al encontrarse al lado de su esposo.- Sirius, el es mi esposo, ¿Los atendió bien?

-. Si, eres afortunado de tener un omega como el, aunque me preguntó algo...- dijo Sirius de forma que sabía que molestaría al alfa.-¿Qué edad tiene? No creo que un omega de su edad quisiera estar contigo a menos que hayas comprado a este pobre chico....

Remus miro de forma suplicante a Sirius para que dejara de hablar, el omega sabia por sus olores que ambos alfas soltaban, el que no se toleraban, Greyback suele pagar sus malos días con Remus.

-. Supongo que estás celoso, estoy casado, mientras tú y Potter siguen siendo unos solterones.- dijo Greyback con una gran sonrisa de triunfo en su cara.

Sirius no pudo evitar ver cómo el alfa apretaba de manera fuerte, el brazo de su omega, y el chico con una mueca que demostraba que intentaba ocultar su dolor, Greyback arrastró a Remus al taller mientras los Black iban a pagar.

-. Si yo fuera su alfa, lo haría feliz todos los días.- dijo Sirius cuando salió de la tienda con dos cajas.

-¿De qué estás hablando?- preguntó Regulus a su hermano mayor.

-. De nada.- dijo Sirius, pero no pudo evitar en ese Omega castaño, aunque tuvo que olvidarse de el por un tiempo.