𝗟𝗮 𝘂𝗹𝘁𝗶𝗺𝗮 𝗻𝗼𝗰𝗵𝗲

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Devil me levantó muy temprano, necesitaba que yo estuviera bien despierta y alerta durante todo el día.
Las entrevistas serían por la noche, pero aún así ella se las arregló para arruinarme mi mañana, mi único día de descanso, uno donde podía levantarme tarde si quería.
Primero, tomó unas últimas medidas, pues al parecer, mi vestido necesitaba ajustes.
Era una sorpresa la apariencia del vestido, y no quería arruinármela, pero yo insistía, necesitaba saber.
¿Sería igual de deslumbrante que el del desfile o sería más sutil? ¿Seguiríamos por el camino del hielo? No tuve tiempo de advertirle que era mejor no hacerlo, pero ya era tarde para eso.

Si la gente había quedado maravillada con el concepto del hielo, tendríamos que seguir por el mismo camino, y ni Snow se atrevería a arruinar la emoción del Capitolio respecto a ello.
Ya los escuchaba, riendo de los chistes de Caesar Flickerman. A veces eran divertidos, él de verdad ayudaba a un tributo a verse interesante, incluso a los más tímidos.
Sus preguntas eran selectivas, aumentando el carisma del entrevistado.
Honestamente, pasabas un buen momento con él antes de ser enviado a tu muerte.
Al menos reías una noche antes. Eso siempre pasaba con los tributos desconocidos.

Esos tributos que iban directo al matadero, los que a excepción del Distrito 1, el 2 y el 4, no tenían experiencia en combate. Los que no habían esperado toda su vida por esta oportunidad, para presentarse voluntarios y enorgullecer a su distrito.
Los que lloraban por las noches después de sus pesadillas, que eran siempre sobre ser seleccionados para los juegos.
Ellos que no sabían nada sobre caerle bien al público y mantenerse positivos durante la entrevista porque sabían que era muy probable que morirían en la arena.
Este año sería todo diferente, pues todos habíamos pasado por esto, y sería un poco distinto a la primera vez.

Este año, éramos amados, más amados que en nuestros primeros juegos. Éramos unas figuras públicas, que por años habían asistido a los otros juegos, apostado por otros tributos, que nos habíamos hecho amigos de otros vencedores.
A excepción de mi, claro, que este era mi tercer y último año como vencedora.
Comencé a preguntarme qué sentirían las personas del Capitolio al saber que sus más adorados objetos morirían, y que sólo uno sería el ganador.
La jugada no les había salido bien este año, eso era seguro.

Devil me ordenó desayunar algo para mantenerme nutrida. Todos estaban tan entusiasmados por las entrevistas, que habían olvidado lo más importante.
Mañana serían los juegos. Mañana entraríamos y algunos no regresaríamos.
La mayoría no lo haría, sólo uno, sólo Tom. Estaba segura de que él sería el ganador, pues decidí despertar con esa idea "positiva" en la cabeza.
Necesitaba mantenerme cuerda unas horas más. Verme radiante hoy en las entrevistas, ganar cientos de patrocinadores más y llegar a la arena mañana, despiadada y sin misericordia.
No sería la mujer que ganó los 72 Juegos del Hambre... sería peor, mil veces más alerta, más letal, sin esconderme.
Si quería salvar a Tom, no podía actuar desde las sombras.

Out Of The WoodsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora