≠Parque≠

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Dormir mientras llueve es tan relajante, aún más cuando el día está tan fresco.

Pero me dan ganas de estar abrazado a él.

Aunque quisiera vivir en un cielo nublado infinito, doy gracias a Dios porque haya salido el sol, sino Yeji no disfrutaría del día de parque.

Ya solo me faltan dos años para acabar la universidad, buscar un trabajo e irme a vivir con Yeji en una nueva casa.

Quiero tener un nuevo comienzo.

Y es por eso que decidí vender mi antigua vivienda. Por más que me doliera tener que dejar ir algo tan apreciado para mí, pero los recuerdos se guardan en el corazón, ¿no?, así que, jamás olvidaré lo vivido entre esas paredes.

Toda mi vida.
Pero esto es necesario.

Pero no sé como reaccionará Yeji y tengo miedo de ello.
Aún tengo que pagar cuentas del hospital, cosa que no le he dicho a Felix, pero tampoco es un problema grave.

Cierro el grifo de la ducha y los recuerdos de tan solo unos minutos antes inundan mi mente, haciéndome reir; Lixxie quejándose porque le dije que nos duchariamos juntos, pero no quería llegar tarde, así que decidí hacerlo solo.

Salgo de la habitación, ya vestido con una simple sudadera y unos jeans. Bajo las escaleras y me acerco a la sala. Felix se encuentra acostado en el sofá, dormido y con el televisor prendido. Me siento en el sillón, a la altura de su torso y saco el control remoto, el cual estaba en su pecho, así apagar la televisión.
Miro sus párpados cerrados, centrado en sus largas pestañas mientras le corro un mechón de cabello. Desciendo mi vista hacia su boca, levemente entreabierta e inclino mi cabeza para dejar un pequeño beso en la comisura de sus labios.

¿Por qué mi Lixxie es tan precioso?

—Es tan lindo despertar así —sonrío. Dejo mi mano en su mejilla y vuelvo a besar sus labios.

—¿Vamos? Yeji está ansiosa, no deja de mandarme mensajes.

—Entonces ayúdame a levantarme —me pongo de pie y estiro ambos brazos para que tome mis manos y empujar de él.

—¿Aprendiste a secarte el cabello? —pregunta con total sarcasmo, colocando su chaqueta.

—Eres muy gracioso, ¿lo sabes? —caminamos hacia la entrada y tomo del perchero su bufanda gris—. Tienes el cuello muy descubierto —paso la tela alrededor de su nuca, apretándola fuerte.

—¡HyunJin me vas a matar! —largo una carcajada mientras se afloja la bufanda y finge toser.

—Ya, no exageres —la acomodo un poco más y salimos de la casa.

Nos adentramos en el auto y mis músculos por fin dejan de temblar. Abrocho mi cinturón mientras él pone el motor en marcha.

He estado buscando por horas las palabras correctas para decirle a Yeji lo que estoy a punto de hacer. Hyunbae me ha contado que ella aún va a esa casa, es como una sesión terapéutica para ella.

—¿En qué piensas? —para en un semáforo y posa su mano en mi muslo, apartando todos mis pensamientos.

—En Yeji —desciendo mi vista hacia su mano, tomándola entre las mías—. He decidido vender la casa —desvía su mirada hacia el semáforo y como no cambia, vuelve a posarla en mí.

—¿Estás seguro de eso?

—Lo estaré si ella está de acuerdo —se escucha una bocina y Felix se apura en arrancar, soltando mis manos—. ¿Tú dices que la venda?

—Tomes la decisión que tomes —estaciona el vehículo enfrente de la casa de mí tío—. Te apoyaré —se gira hacia mí y posa sus manos en mis mejillas—. Pero si la vendes, significa que estarás viviendo conmigo oficialmente.

Él Debe Ser Mío¹ LixJin  AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora