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✧ Satoru Gojo 3:28PM
Caminaba por las calles de Tokyo, pensando en Allen. Me preocupaba lo que estaba haciendo fuera de casa, muchas veces regresaba con rasguños y moretones. En otras llegaba muy tarde, planeaba inscribirla en la escuela de hechiceria. Salí de mis pensamientos al escuchar detonaciones, que provenían de el edificio más alto.
De un momento a otro comenzaron a caer un grupos de personas. Entre estás reconocí a las tres maldiciones , Mahito, Jogo y Hanami. A los demás no los reconocí. De un momento a otro un Dragón color azul cian paso por encima de toda la multitud dándonos tremenda brisa, este recogió a aquellos que caían de el edificio. El dragón volvió a pasar por encima de nosotros, me quedé mirandolo jurando haber visto a Allen
¿Pero que haría Allen con esos tipos raros?
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Al llegar a casa, me metí a la habitación de Allen. Estaba algo decorada, más que la última vez. Habían figuras de cristal, nunca la había visto traer una y me pareció extraño.
En su tocador habían marcos y fotos pegadas
Algunas eran de Yuu' mientras que otras eran de ella junto con un chico pelinegro, con ojeras notables y dos moños. En la primera foto, ambos estaban pegados de la cara, juntando sus mejillas y sonriendo. En la segunda, ambos estaban abrazados en un campo de flores.
En la esquina de la foto habían cosas escritas.
" Te quiero, Allen Yam'nico"
- Yam'nico?, Pero su apellido es Nico..- Susurré
Ahora me doy cuenta de que Allen me oculta muchas cosas.
Abrí la primera gaveta, en esta había un libro. Se trataba sobre el mundo de la hechiceria, y clanes poderosos.
¿Allen sabe sobre el mundo de la hechicería?
Ví que varias páginas estaban marcadas y escritas. Algunas decían "Importante" y otras "Practicar"
Comenze a leer por encima una de las páginas marcadas con importante. Está hablaba del clan Yam'nico, el tercer clan más poderoso y importante.
¿Acaso Allen, es de este clan?
Mi mente procesaba, comenzaba a conectar los hilos.
Allen volviendo con rasguños y moretones Su gran energía maldita notable Llegadas tardes Salidas casi todos los días. Mentiras
¿En qué esta metida Allen? Ya debe saber sobre su poder.
Coloque el libro donde mismo estaba y verifique debajo de su cama, no había nada. En el pequeño basurero que tenía en la habitación ví un paño, este estaba manchado de sangre. Inmediatamente lo tome, y definitivamente era sangre
Necesitaba hablar con Allen, si o si.
Escuché la puerta de la casa abrirse, me senté sobre su cama y sobe mi sien.
Allen entro cantando una canción, tenía audífonos. Al darse cuanta de mi presencia se callo
- Satoru, pensé que te habías ido a trabajar- Me dedico una sonrisa y la mire serio. Rápidamente borro su sonrisa y cambio su semblante feliz a uno preocupado. - Paso algo.
- Si, paso algo. Lo que pasó fue que me llevas mintiendo desde que me conocistes, por qué nunca que dijistes que tú verdadero apellido era Yam'nico?. Nunca me dijistes que eras de ese clan ni lo mencionastes. Y quién mierda es este chico?- Dije con enojo, me levanté y la tomé de los hombros.— ¿Acaso no confías en mí.?
— N-no!, Claro que confío en ti. Te planeaba decir, solo que nunca me atrevi- Apreté mi agarre, está se quejo.
– Voy a inscribirte en la escuela de hechiceria- Está se nego
– No quiero, no quiero ser hechicera.–
– Así podré estar al pendiente de ti! Te inscribirte y no me importa si lo deseas o no, estoy harto de que te atrevas a mentirme en la cara. – Grite
– No puedes obligarme a hacer algo que no quiero!- Me grito, apreté aún más mi agarre con enojo, la solté con brusquedad y me dirigui a la puerta.
– Estás castigada, te quedarás aquí hasta que aprendas a respetarme, no debí haberte acogido aqui- Cerré de un portazo, le puse seguro a la habitación desde afuera dejándola allí.
– No eres mi maldito padre!- Escuché que grito desde allá adentro
Sentí mi corazón apachurrarse al escuchar eso. Me senté en el sofá y comencé a lagrimear
« Que acabo de decir..»
Arrepentido comenze a llorar allí en el sofá.
✧ Yam'nico Allen
« Por qué mierda dije eso»
Pero el tenía razón, después de todo lo que ah hecho por mi, yo le pago faltandole al respeto y mintiendole. Comenze a sollozar y me recosté en mi cama.
Después de un rato, caí dormida. . . .
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