La desaparición

91 2 0
                                    

Ethan y yo pasamos una tarde estupenda, él me enseña sus rincones favoritos de la ciudad mientras hablamos y nos vamos conociendo mejor. Conoce Nueva York perfectamente y me lleva de calle en calle sin dudar en las direcciones. Me gusta todo lo que hace, enseñándome con tanta ilusión su cafetería de confianza o dando de comer a los patos en Central Park. Recorremos el parque mientras nos contamos historias de la infancia, los padres de Ethan son de un pequeño pueblo de Colorado pero solían venir a la ciudad con frecuencia cuando era pequeño. Supongo que por eso conoce tan bien la ciudad.
Paseando por el parque me doy cuenta de lo feliz que estoy con él, es un chico increíble y me hace sentir muy a gusto. Mi plan de olvidar que me gusta parece irse desarmando poco a poco. Ensimismado en mis pensamientos no me doy cuenta y mi mano roza la de Ethan, que va andando a mi lado. Él no deja pasar la situación y aprovecha para cogerme la mano. Podría derretirme allí mismo, en ese enorme jardín bajo altos robles y árboles castaños, cogido de la mano del chico que me gusta.
Le miro fijamente con una sonrisa en la cara, él me responde con otra por su parte. Detengo nuestros pasos y me acerco a él para fundirnos en un precioso beso. He caído rendido ante el encantador chico de los rizos, no he podido evitarlo.
Ethan me rodea con sus brazos mientras nos besamos, haciéndome sentir seguro y aún más pillado por él. Podría pasarme la tarde refugiado en su abrazo.
-No sabes cuantas ganas tenía de que hicieras eso- me dice cuando se acaba nuestro beso
-Dudo que fueran más grandes que las mías- le respondo riendo
Seguimos con nuestro paseo cogidos de la mano, dándonos besos cada pocos pasos y hablando de cómo nos gustamos mutuamente. Es un sueño hecho realidad.

Nuestra cita a solas debe acabar cuando nos damos cuenta de que llegamos tarde a la quedada con los chicos en la cafetería de la esquina de casa. Rápidamente vamos hacia el local, donde los encontramos sentados en una mesa, están todos allí; las hermanas Tara y Samantha, Chad y la pareja Mindy  y Anika. Solo faltábamos nosotros.
Nos unimos al grupo escudándonos con la visita turística como motivo de llegar tarde. Todos parecen algo serios pero no me atrevo a preguntar qué ocurre.
-¿Os habéis enterado ya?- dijo Chad nada más terminamos con nuestras excusas inventadas, que no parecían importarle demasiado en comparación con el tema que quería contarnos.
Yo le contesté con otra pregunta -¿Qué ha pasado?-
Mindy suspira preocupada -Ha desaparecido otro chico de la facultad, anoche, después de la fiesta-
Parece que la ola de desapariciones de la que hablaban en la charla de bienvenida es cosa seria y sigue ocurriendo. Me siento mal por no habérmelo tomado enserio entonces.
El asunto me asusta un poco e, instintivamente, el miedo me acerca más a Ethan. Con él me siento seguro.
-Parece que esto no va a acabar nunca, y lo peor es que parece que no va a parar pronto, no encuentran sospechosos- añade Tara
-Quizás deberíamos dejar Nueva York, volver al pueblo tú y yo- le propone su hermana.
A Chad la idea le cambia la cara -Chicas quizás eso es algo drástico, aquí estamos seguros, nos tenemos los unos a los otros. Estando yo aquí no os va a pasar nada-
La verdad es que Chad es el guardaespaldas perfecto, alto fuerte y sin miedo a meterse en una pelea, una gran opción como protección. Sin embargo, las hermanas no parecen muy convencidas, se miran con preocupación.
Chad intenta animar el ambiente y el grupo decide que es mejor así, así que pasamos el resto de la tarde hablando de otros temas.
Chad se ofrece a acompañar a las chicas a casa. Yo estoy apunto de decirle que les podía acompañar también, pero antes de que pueda comenzar la frase Chad me da un golpe en la pierna mientras susurra un -cállate tío- Yo entiendo que se quiere quedar a solas con Tara y obedezco. Ethan y yo volvemos juntos a casa, mañana tenemos clases y quiero estar despierto, además, después de estas noticias no me apetece mucho estar por la calle cuando se haga de noche.

-La verdad es que esto me asusta un poco, no se qué será lo siguiente que ocurra- le digo a Ethan cuando llegamos al apartamento. Él cierra la puerta tras de sí y se acerca a mi, cogiéndome las manos
-No te preocupes, no va a ocurrirte nada aquí, te lo prometo- me tranquiliza
Sé que sus palabras no tienen el poder de mantenerme seguro pero es reconfortante escucharlo, me siento totalmente seguro a su lado.
Yo sonrío y le beso de nuevo, soy tan feliz de poder hacer esto con él.
-Parece que tenemos la casa para nosotros solos- me dice con una sonrisa pícara.
Sin parar de besarnos nos vamos directos a mi habitación mientras dejamos piezas de ropa a nuestro paso...

Ghostface, Amor Letal- (Gay Hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora