Sunset Roll

Olvidé dejar la propina.

Pagamos el vestido y nos dirigimos a su departamento para arreglarnos. Yo me limité a vestir jeans, una blusa roja sin mangas y recortada de la espalda y converse. Al llegar al bar, tomo de la mano a Mel y nos dirijo hasta la mesa que me tenían reservada. Cuando compré los boletos para la presentación de rock acústico no me fijé realmente quienes tocarían, solo me interesó que el cartel decía " Show Acústico".

-Naoooo-
-¿Hmmm?
-Quiero alcohol.
-Pues pidelo, ya rebasaste los 18 ¿No?

De nuevo los ojos de pistola ¿Mencioné que la verdadera Mel es tan tímida que no puede ni hablar con un mesero? Alzo la mano y un mesero llega a tomar la orden.

-¿Nos traes dos "Sexo en la playa"? Por favor-digo.
-Seguro-responde y se va.
-No me gusta ese cóctel.
-Pide tú, entonces.
-Jódete.

Las bebidas llegan y una banda comienza a subir al escenario. Mientras las primeras bandas tocan, yo me dejo envolver por el sonido de las guitarras y el bajo acústico.

-¿Ya nos vamos, Nao? Me están durmiendo.
-¡Shhhh! No me jodas, faltan muchas y los boletos no fueron baratos
-Ooooooou-me interrumpe brutalmente.
-¿Qué?
-Ese sujeto de ahí, es muy sexy.

Volteo a mirar el escenario, una nueva banda se acomoda y al verlos comprendo que a mi prima la ha cautivado el guitarrista.

En la siguiente hora, Mel se olvida del aburrimiento y no deja de mirar atenta el show. Creo que de verdad le gusta ese chico. Después de otra hora y un par de " Sexo en la playa" más, la banda termina y Mel y yo aprovechamos para ir al baño.

Frente al espejo, retoco mi maquillaje y espero a que Mel salga, cuando terminamos salimos del baño y ella choca con alguien.

-Lo sien....

Mel se queda observando al chico, es el cantante que le gustó. Le doy un codazo para que reaccione y le hable pero nada. Pfff Nao al rescate porque Cupido es un bastardo.

-Nos gustó mucho tu presentación, y mi amiga se volvió fan de tu banda-

Él, se nos queda mirando y después da media vuelta de manera indiferente. Idiota.

-Vamos, Mel.
-Lo arruiné, Nao.
-Claro que no. Él es un odioso con la fama en la cabeza.

Regresamos a la mesa y por la hora, pido la cuenta, pago y nos vamos.

-Oh espera, Mel. Olvidé dejar la propina.

Cuando camino a la mesa, dos tipos trajeados y corpulentos se acercan a mí y me toman de los brazos.

-¿Qué rayos?
-Tendrá que acompañarnos, señorita.
-Esperen, si es por la propina, ya iba a dejarla... ¿A dónde... ¡Meeeel!