Jackel, Ángel protector, aspirante a Arcángel
Vaya, definitivamente amo este espectáculo.
La brisa pega fuerte, pero no me afecta, mejor aún acaricia mi piel. Los gritos y gruñidos son susurros en mi oído que aumentan la adrenalina en mi cuerpo.
La guerra tan cruda y horrible, puede ser entretenida. Unos contra otros matándose a sangre fría y quien diría que se trata de criaturas tan puras como nosotros.
-¡Cuidado! -reconozco una voz que me grita a lo lejos.
Un escalofrío recorre mi espalda y es un aviso de que algo se acerca hacia mí, peligrosamente.
Respiro profundo y en un movimiento rápido atrapo la daga que estaba por clavarse en mi frente. Juego con el filo del arma y, tal cual como me la lanzaron, la tiro de nuevo. La punta de la daga se clava en medio de los ojos de un horrible demonio.
-Uno menos, quedan millones.
Le echo un vistazo a mi panorama. Estoy rodeado de bestias sangrientas, infernales y letales. De distintos tamaños y colores. Mi tarea es matarlos. Sencillo.
-Siempre queriendo llamar la atención -alguien me habla.
Mi hermano aterriza del cielo y sacude sus estúpidas alas contra mí cara. Me aparto fastidiado.
-No es pecado tener la mejor puntería de todo el cielo, Eugenel -encojo los hombros.
Él me dedica una mirada de pocos amigos y desenfunda su espada dorada para enfrentarse a más monstruos. En pocos minutos acaba con un centenar el solo.
-Pff, y yo era el que quería alardear -niego con la cabeza.
Hago tronar mi cuello y regreso al juego.
Avanzo a gran velocidad por en medio de las filas enemigos, llevándome a uno que otro demonio por delante. Algunos son muy fáciles de matar, otros dan más pelea.
Clavo mi espada en el pecho de una criatura con silueta de mujer y pongo mi pie sobre su frente.
-Animal asqueroso -hago más presión sobre su cuerpo y ella grita de dolor hasta que muere.
Limpio mi espada y me distraigo mirando a lo lejos.
Alguien otra vez está en problemas.
A unos cien metros está mi compañera, rodeada de tres demonios superiores. Se nota que le están ganado porque la tienen tragando polvo.
Suelto un bufido y decido ayudarla una vez más.
Agarro el hacha con que la mujer demonio me quería matar y la lanzo con mucha fuerza contra uno de ellos, atravesando su cabeza. Elevo mi arco en las manos y disparo dos flechas para darle a los restantes.
Ella voltea a verme y vuela hasta donde estoy.
Su cabello castaño ondea a favor del viento y su piel blanca brilla bajo la luz de sus alas.
ESTÁS LEYENDO
Herencia Celestial/ Entre El Amor Y La Guerra (Jelsa)
Fiksi PenggemarJackel ( Jack) un ángel tan poderoso como rencoroso; vaga por las calles del mundo gracias al castigo que le impusieron por casi matar al que sería el amor de su vida. Quizás sea un peligro en la tierra si se convierte en lo que todos temen: un Ánge...