CAPITULO 3
Ginny
Con pesar, Ginny se despidió de Harry con la mano. Le lanzó un guiño arrogante en el último instante antes de que las llamas verdes se elevaran y lo succionaran hacia el Caldero Chorreante, después de que el resto de su familia se hubiera alejado. Una expresión tan diferente de la muerta, vacía y fría que había tenido durante unos segundos esa mañana después del juicio...
Ella se sacudió esos pensamientos. No hacía falta ser un genio para darse cuenta de que la infancia de Harry había sido una especie de infierno. Era de conocimiento común entre los Slytherins más jóvenes, incluso si nadie hablaba de ello, que no te cruzabas con Daphne Greengrass, Theo Nott o Harry Potter, que no te burlabas de Blaise Zabini por su madre y que nunca preguntabas a Harry Potter sobre su vida hogareña.
La casa ya se sentía más hostil sin él. Mamá nunca creería la excusa de simplemente estamos volando si se tratara de Ginny y los gemelos. Tendría que volver a volar de noche. Al menos ahora tenía gafas de Quidditch de primera calidad con hechizos de visión nocturna escondidas en el compartimento secreto de su nuevo baúl, ambas compradas por recomendación de Harry. Ella frunció. Tal vez podría sobornar a los gemelos para que la cubrieran... pero ellos querrían saber de dónde sacó el dinero. Además, el patrocinio de Harry de su "investigación" y su acuerdo para contrabandear productos muggles al castillo y venderlos, significaba que Fred y George no estaban exactamente escasos de galeones.
—Ginny, querida, ¿de dónde sacaste esa bata?
Ginny parpadeó y volvió a concentrarse en la cocina. Fred y George se habían ido, Merlín sabía adónde, dejándola sola en la mesa con mamá, Ron y Percy. Mierda.
—Natalie me lo dio, —dijo tan dulcemente como pudo.
Mamá lo miró con desaprobación. —¿Realmente deberías aceptar regalos, querida? Ya sabes lo que opinamos tu padre y yo acerca de la caridad.
—No es caridad, —dijo Ginny—. ¿Cómo, en nombre de Merlín, podría explicarle a su familia las tradiciones de dar regalos de Slytherin?
—Sí, si,—dijo Ron.
Ginny lo miró por encima del hombro. —Honestamente, Ronald, es como tener al demonio en la mesa.
—Cuida tu tono, jovencita, —la regañó mamá—. Ron, no hables con la boca llena.
Ginny pateó su resentimiento en los dientes y éste volvió a la esquina de su cerebro donde normalmente hacía que permaneciera.
—Es caridad si el regalo dado tiene menos valor monetario que el recibido, —dijo Percy pomposamente.
—No, no lo es, —dijo, mirándola fijamente—. El valor monetario de un regalo importa menos que adaptarlo a la persona y pensar en lo que se le está dando.
Él parpadeó. —Ginny-
—¿Es esa la manera viscosa de Slytherin? —Ron se burló.
Ginny le sonrió dulcemente. —Sí, Ronald, lo es.
—Ustedes dos, suficiente, —espetó mamá—. Ginny, ve a cambiarte. Hay que lavar la ropa.
—Solo usa magia, —protestó Ginny.
—La magia no lo hace bien, —dijo mamá—. Continúa, a menos que quieras ensuciar toda esa bonita tela con agua sucia.
No parecía que le importara la tela.
—Quiero ir a volar, —dijo Ginny.
—Sabes lo que sentimos tu padre y yo acerca de que vueles, —dijo mamá con firmeza—. Harry es suave, pero los gemelos son demasiado rudos. Ve a cambiarte.
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Harry Potter y El Centro del Laberinto
FanficAU de el Caliz de Fuego . Slytherin!Harry Es el cuarto año de Harry Potter en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Con la política internacional, alguien dispuesto a matar a Jules Potter, el niño que sobrevivió y el drama interno de la Casa Sl...