Capitulo 3

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Una vez en un sueño.
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Nico di Angelo Pov.

Ya no podía sacarme la conversación que tuve con Hades de la cabeza, me dejó pensando en todos esos mitos en los que Hera le hace la vida imposible a los hijos bastardos de su esposo.

Luego de interrumpir la conversación de las hermanas, saque a Raiden del jardín de Perséfone y la lleve devuelta a mi habitación, apenas tocó la cama, se quedó profundamente dormida.

Me senté y en el sillón cerca de la cama, no tenía problema en dormir allí, había dormido en sitios mucho peores cuando estuve merodeando por los bosques siendo guiado por el fantasma loco de un rey. No está tan mal, es cómodo y suave. Sin darme cuenta, mis ojos se habían cerrado, y me había quedado dormido.

Entonces desperté en un sueño.

Desde que me enteré de que era semidiós me di cuenta de que tenía un talento natural para controlar mis sueños y elegir no soñar en absoluto.

Esta vez no fue así, no pude controlarlo mis sueños.

Estaba en una especie de campo de entrenamiento. Había más semidioses allí, y un soldado mortal que les daba un riguroso entrenamiento. Percy y Jason pasaron a mi lado luchando con energía y audacia, chocando espadas, y desde lejos casi parecían divertido para ellos jugar con armas mortales.

Todo se veía antiguo y familiar al mismo tiempo. Diferente, pero igual.

Todos llevan una vestimenta muy antigua típica de Grecia y Roma en su apogeo. Se respiraba un aire militar similar al del campamento Júpiter.

Incluso noto que todos los presentes son jóvenes semidioses, y los soldados mortales comunes y corrientes.

— Es el Rey —Escucho una exclamación de sorpresa.

— La princesa también está aquí.— Completa con ilusión.

Dirijo mis ojos al sitio en que todos los semidioses y soldados miraban. En lo alto, asomándose por un balcón con el mentón en alto y aires de grandeza, se encontraba un hombre mayor, cabello oscuro y ojos marrones caídos llenos de sabiduría, y quizás tristeza.

A su lado había una figura pequeña, una niña como todos nosotros.

— Es más hermosa que Afrodita…— Susurra alguien a mi costado.

— Shhhh…— El tipo recibió un codazo en el vientre, una mirada furibunda.— ¿Cómo te atreves a decir eso…? Cuida tu lengua—Susurra casi alarmado.

EUDAIMONIA/ Nico di Angelo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora