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Enid miraba a través de la ventana del coche, en los asientos traseros junto a su hermano, mientras en el volante estaba uno de sus guardaespaldas. Observaba los árboles gigantescos y verdes que iluminaban sus ojos de color azul.

— ¡Joder! — gritó Walker, despertando de un salto a Enid de ese trance.

— ¿Qué coño te pasa? — preguntó exclamando la rubia, con el ceño fruncido.

— Aún no me se el guión y quedan quince minutos para llegar. ¿A ti te pasa algo? — dijo en tono vacilón.

— Que me molestas — respondió mirándolo de arriba a bajo — Tú presencia me molesta —

— En fin, ¿me ayudas con el guión? — dijo Walker cambiando su tono de voz.

— No debe ser tan difícil — murmuró Enid cogiendo el guión de las manos de Walker y empezando a leerlo.

Pasaron unos segundos, cuando Walker se fijó en la mirada de su hermana mayor y pudo ver dolor y estrés en sus ojos, mientras estos leían varias líneas de texto.

— De verdad Enid, dime qué te pasa — susurró Walker acariciando el hombro de esta.

Enid soltó de golpe el papel, dejándolo caer sobre su regazo. Cogió aire y comenzó a hablar.

— Estoy agobiadísima, la última serie que rodé está teniendo mucho éxito, sé que debería alegrarme por eso, pero a la vez me estresa. Me está llegando una avalancha de trabajo y ya casi que no puedo respirar, sólo tengo dieciséis años, no puedo ni salir a la calle tranquila porqué se que tengo responsabilidades, lo aprecio, pero a la vez lo odio. ¿Me entiendes? — explicó tan rápido que Walker no pudo procesar algunas palabras.

— Te entiendo. Vamos, ya me espabilaré yo solo con el guión, respira lo que quede de camino y mentalízate para la gala de hoy. Todo va a ir bien — dijo el rubio suavemente y con una sonrisa en sus labios.

Enid agradeció sus palabras, pero al escuchar la palabra "gala", su cuerpo se activó. Podía ser que odiase el hecho de ser reconocida por la cantidad de responsabilidades que eso sometía, pero las galas... Las galas le encantaban. Le fascinaban. Era como su momento de gloria, tenía a gente a su alrededor pero se sentía poderosa al verse delante de centenares de cámaras y aún así estar protegida. También le encantaba la moda, así que arreglarse para una gala era su cosa favorita.

Como dijo Walker, quince minutos después, el guardaespaldas paró delante de un local sin nombre alguno.

Enid sonrió — Que te vaya bien en el rodaje — dijo acercándose a su hermano y soltando un suave beso en su mejilla.

— Gracias. ¡Adiós Enid! — Walker dio un salto y de repente ya estaba en la entrada del local, con la mano se despidió del guardaespaldas.

— ¿Ahora a dónde vamos, señorita? — preguntó el grande hombre al volante.

— Ah, sí... Al hotel, porfavor — indicó, a lo que el hombre asintió con la cabeza y arrancó el coche de nuevo.

Unos instantes luego, Enid ya habría llegado a la habitación del hotel en el cual se estaría alojando durante los próximos días.
Era justo cuando estaba dejando sus maletas en el suelo, cuando su teléfono empezó a vibrar.
Suspiró y lo cogió.

— Hola, mami — dijo sonriendo y quitándose los zapatos.

— ¡Hola cielo! ¿Cómo os esta yendo el día a ti y a Walker? — preguntó la madre desde el otro lado del teléfono.

— Un poco estresada, pero bien. Walker ahora mismo está rodando, y está bastante emocionado por los nuevos proyectos — respondió.

Melissa soltó un suspiro bastante largo — Cariño... Sabes que a mi también me duele que tengáis que hacer este viaje solos, pero yo no podía venir —

— No pasa nada mamá, no estoy acostumbrada a esta ciudad, pero supongo que me adaptaré y que al final, esto de ir viajando sola será rutina —

— Bueno, la ciudad de Los Angeles no está tan mal... Ya saldrás algún rato a visitarla —

— Sí, supongo. ¡Eh! Por cierto, ¿sabes que me pasó ayer? — dijo Enid de repente, entusiasmada por contarle novedades a su madre.

— Enid, ya me lo contarás otro rato ¿sí? — dijo Melissa mientras se escuchaba como doblaba ropa — Adiós, te quiero —

— Ah, vale... ¡Te quiero! — finalizó decepcionada.

Tiró el móvil a la cama y cerró los ojos. Su mente empezó a nublarse y su cabeza empezó a doler. Le vino un escalofrío repentino que acarició todo su cuerpo.
Muchos recuerdos le rondaban la cabeza, entre ellos, el de la gala.

Decidió ordenar sus cosas y intentar sentirse un poco como en casa en ese hotel, así que abrió todas las maletas, incluso las de su hermano Walker y empezó a colocar toda la ropa en el armario de la habitación. Puso unas cuantas pertenencias en una mesa y se lanzó a la cama para descansar antes de la gran gala que le esperaba unas horas más tarde.















⭐️ Capítulo "1" finalizado.
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Those Eyes || Brady NoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora