6. Oh, Harry...

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Se despertó por el ruido de la puerta al ser abierta raudamente. Luego, alguien abrió las cortinas, dejando pasar la luz del sol con fuerza en la habitación.

Se sentó en la cama, irritado, no había dormido bien.

—¿Qué pasa? —Preguntó al ver sus maletas que Sonya, el ama de llaves de su abuela, alistaba.

—Perdone señorito Harry. —Se disculpo. —Lady Anna me ha enviado a ayudarle a preparar su equipaje para el viaje.

—¿De qué viaje hablas? —Parpadeó confundido.

La señora no se inmutó y comenzó a abrir su armario para sacar sus pertenencias.

—¿Cuál viaje Sonya? —Insistió.

—Lady Anna me mandó...

No la dejo terminar y bajó de prisa hasta el gran salón.

¿Qué significaba aquello?

Su abuelo leía el periódico relajado, mientras degustaba el té de media mañana. Su abuela solo hizo una leve mueca al verlo.

Algo grave había tenido que suceder.

—¿Por qué tengo que preparar una maleta?

Su abuela acomodó su taza y se dispuso a hablar con cautela.

—Tu madre llamó. —Dijo. —Está algo indispuesta y viajaré para hacerle compañía, creímos que sería prudente que viajes conmigo de regreso. Las vacaciones no terminan, pero...

Su madre había estado hasta hace unos días con ellos, sin ninguna molestia y había hablado con ella el día anterior.

—No. —Contestó. Él no quería volver a casa aún. —Me quedaré todas las vacaciones aquí. Hablé con mamá, ella...

—Harry, creemos que lo más prudente es que viajes de regreso a Boston. Antes estabas en desacuerdo con la idea de quedarte aquí. ¿Qué ha cambiado? —Pregunto la mujer con evidente disgusto en su cara

—Eso mismo les pregunto a ustedes. —Cuestionó. —¿Ha cambiado algo? Quiero quedarme aquí.

—Harry está decidido, deja el drama y alista tus cosas. ¿Es tan difícil para ti hacer eso?

—No. No pueden tomar decisiones sin consultarme.

—Tu madre lo ha ordenado.

—¡No!

—¡Basta Harry! —Su abuelo interrumpió elevando la voz. —¿Por qué quieres quedarte? ¿Quién es ese muchacho, que te tiene tan intrascendente?

El menor negó, era eso.

Ellos lo habían visto, a pesar de todo.

—No pueden...

—Dejaras de verlo. Él no es buena compañía para ti. —Su abuela estaba furiosa. —Has visto su ropa? ¿Su...?

—¿Como puedes decir eso? ¿Te estás oyendo a ti misma?

—Basta Harry. No permitiré que le faltes el respeto a tu abuela. —Alexander intervino.

—Irás con tus padres, está decidido.

Subió rápidamente a su cuarto. Las lágrimas traicioneras apareciendo en sus ojos.

Tenía que encontrar su móvil y llamar a su madre, avisarle a Louis.

Su abuela lo siguió y entro en su habitación sin su permiso.

El Regalo Perfecto L.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora