𝑭𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒊𝒕, 𝒐𝒓 𝒂𝒄𝒄𝒆𝒑𝒕 𝒊𝒕.
𝑭𝒆𝒂𝒓 𝒊𝒕, 𝒐𝒓 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒐𝒍 𝒊𝒕.○●○
–¿Qué es este sitio? ¿El próximo lugar donde me torturarás? ¿O quizás dónde me dejarás desangrándome como aquella vez?
–Esa no fue mi intención.
–¿Segura? Porque cuando saliste corriendo de la puta poli dejándome en el suelo, no pareció lo mismo.
–Lo siento...
–¿Por qué Val? ¿Por qué? ¿Por dejarnos a Lance, Casey, Teresa y a mí tirados mientras tú escapabas cómo una maldita cobarde?
–Eso no fue lo que hice, iba a volver, lo juro.
–Juraste muchas cosas, y no cumpliste ninguna, así estamos ahora.
–No quería dejaros, no quería dejarte Lilya.
–Y aun así lo hiciste y desapareciste.
El silencio invadió el edificio abandonado.
Valerie se acercó a la rusa, empezó a quitarle las esposas de las muñecas, luego le desató las cuerdas de los pies, cuando terminó se paró en frente de Lilya.
—Vete, no te entregaré.
Lilya se puso de pie y antes de salir de aquel mugriento lugar, la rubia la agarró del brazo.
—Pero antes hagamos un trato. – Valerie miró a los ojos a la que alguna vez significó todo para ella.- Yo no te entrego a la poli, si tú no le cuentas a los demás todo esto. Si les dices algo, te entregaré sin remordimientos.
Lilya se quedó mirando a Valerie por unos segundos.
—No sé qué te ha hecho cambiar de opinión, ni por qué ahora te has vuelto una poli, pero como no tengo otra opción, aceptaré ese estúpido trato.
La rusa salió del edificio cojeando, recordando y maldiciendo. Intentando comprender qué es lo que le hizo a Valerie cambiar tanto.
El dolor en su pierna le impedía andar, en cuanto se alejó lo suficiente del edificio en ruinas se sentó en una piedra cercana. El sol, la pérdida de sangre, el hambre y la sed, hicieron que Novikova se desmayase allí mismo.
○●○
Teresa se despertó por los gritos que estaba pegando su novio al teléfono, a pesar de que Edgar estaba en su despacho, al otro lado de la casa, el nombre de una persona conocida fue lo que realmente la desconcertó, lo que hizo que se despertara.
—¿Qué quieres decir con que la agente Moore ha desaparecido? Avisa al agente Harlow, dile que active su localizador. -Se volvió a escuchar otro grito.- ¿Cómo que Valerie no tiene su localizador? Dile a Peter que ya voy para la sede, me da igual estar de día libre.
Acto seguido Edgar salió de su despacho, entró al dormitorio ignorando a la castaña que todavía no se había levantado de la cama.
—Buenos días a ti también.
—Perdón Tere, al final tengo que irme a trabajar, volveré tarde, no me esperes. -Edgar se acercó a su novia y le dio un beso en la frente terminando de abrocharse los botones de la camisa para irse.
—Te quiero. -La española le lanzó un beso desde la cama al castaño antes de que saliese por la puerta.
—¿Qué coño hace Valerie en el FBI? -Teresa se levantó de la cama, cogió su portátil y se puso a investigar sobre la rubia que había vuelto a su vida sin darse cuenta. Puede que la castaña no fuese igual de buena con la tecnología como Casey, pero si podía encontrar casi todo lo que se propusiera en internet.
Las horas pasaron rápido y sin darse cuenta ya había llegado la hora a la que había quedado con Casey y Lance.
—Muy bien Teresa, siempre llegando tarde a los sitios. -La española se cambió rápido, cogió las llaves y salió por la puerta.
Llegó a la floristería en pocos minutos, pero lo suficientemente tarde para que Casey le diese una pequeña regañina.
—Por fin llegas pedazo de tardona.
—Perdón no me di cuenta de la hora. –Se excusó la taurina abriendo la puerta de la floristería.
Se dirigieron al almacén donde detrás de una estantería llena de libros de botánica y pequeñas plantas, había unas escaleras que llevaban al "jardín secreto" de la castaña.
Teresa movió uno de los libros de la estantería para dejar a la vista una cerradura que al introducir su llave hacía que se moviese la estantería como una puerta, revelando unas escaleras, al bajarlas había otra puerta, pero esta con un sistema de seguridad más complejo. La española acercó su mano al pomo de la puerta el cual extrajo una gota de sangre y analizó sus huellas digitales, un minuto después la puerta se abrió.
—Siempre te agradeceré esa mejora Casey.
Los tres entraron al cuartillo, que estaba repleto de plantas y libros, además de un rincón en el que había un par de ordenadores y pantallas; y un armario que ocupaba toda una pared, con todo tipo de armas. Casey se acercó a uno de los ordenadores, tecleó un par de veces y en una de las pantallas apareció una imagen de un mapa con un punto parpadeante.
—He encontrado a Lilya, está en un descampado, sus constantes no parecen estables, debemos darnos prisa. -Casey fue totalmente ignorado.
—¿Te quieres morir o qué?-Teresa le dio un manotazo a Lance.- ¿Para qué te acercas a las plantas si sabes que son venenosas?
—No me acordaba...-Lance puso cara de cachorro abandonado.
—Vosotros dos, ¿me queréis hacer caso de una vez? Creo haber encontrado a Lilya.
—¿Dónde está? -Los dos castaños se acercaron a Casey.
—Está en un descampado no muy lejos de aquí, debemos darnos prisa porque sus constantes no están estables.
—Bien, id arrancando la furgo de la floristería, yo voy a preparar un botiquín de emergencia por las posibles heridas que pueda tener Lilya. -Casey y Lance salieron de la sala y Teresa empezó a recoger varias plantas medicinales, vendas y unas botellas de alcohol, entonces se le vino a la mente la conversación que hace unas horas tuvo Edgar por teléfono.
—Espero que esa puta rubia no tenga nada que ver. –Pensó en voz alta.
—¡Teresa! –Gritó Lance para que la castaña se diese prisa. Poco después la española cerró las puertas y se subió a la furgoneta.
—¿Seguro que es buena idea ir con la furgoneta de la floristería? ¿No será muy sospechoso? –Preguntó con un tono preocupado Lance.
—Nah, por esa parte hay muchas flores silvestres bonitas, no es tan raro que vayamos por ahí con la furgo.
No tardaron mucho en llegar al sitio donde se encontraba Lilya.
—Mierda, joder. ¿Qué coño te han hecho? -Teresa se acercó a su amiga inconsciente.
—Lance, pásame el botiquín, rápido. –La española empezó por intentar parar la hemorragia.
—Es de un disparo, no puedo quitarle la bala aquí o se infectará aún más.
Empezaron a sonar sirenas de policía de fondo, lo que hizo que los tres criminales entraran en pánico.
—¡Hay que sacar a Lilya de aquí ya!
—Vosotros meted a Lilya en la parte de atrás de la furgo y esconderos detrás de las cajas que hay dentro, yo me encargo de la poli. -Casey y Lance siguieron las órdenes de Teresa sin rechistar. Mientras tanto, ella se puso a recoger un par de flores silvestres para disimular.
A quién no esperaba ver en ese coche era a Edgar, lo que produjo que ambos cruzaran miradas.