Verdad

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Me levanté antes de lo que tenía previsto, así que le puse ropa cómoda de deporte y salí a correr. Nada más me despejaba mejor que hacer ejercicio. Me daba paz, tranquilidad. Para mí buena suerte, que estoy teniendo mucha últimamente, me encontré a Nate corriendo con su padre.

-¡Dafne! Cuanto tiempo.

-Señor Archibald, me alegro de verlo.

Se acercó a mi y me dio un abrazo. Al principio nunca le guste a este hombre, por mi familia, claro. Hasta que se dio cuenta que solo éramos niños, y desde entonces me tiene en un altar.

-¿Cómo va todo?

-Pues bueno, como podemos.

-¿Qué tal tu familia?

-Bueno, mi madre aún no ha vuelto, pero los demás bien.

-Me alegro mucho. ¿Por qué no vienes a correr con nosotros?

-Bueno, tenía pensado ir a casa ya.

-Un rato no hace daño. Vamos, ¿no recuerdas cuando vosotros dos suplicábais para que os acompañara a correr?

-Sí, claro que me acuerdo.

-Nate, ¿estás bien, hijo? No dices nada.

-Sí, solo estoy algo cansado.

-Bueno, veo que no tenéis muchas ganas. ¿Por qué no vienes a cenar, Dafne?

-Tendría que preguntar.

-Hablaré con tu padre. Nate te pasara a buscar.

-No importa, tranquilo señor Archibald.

-Hace mucho que no vienes a casa. Llama a Chuck también. ¡Hasta luego!

-¡Adiós!

Entendía que lo hacía con la mejor intención del mundo, pero Chuck era la última persona a la que quería ver, y Nate iba detrás.

El día en clase no fue nada bien, pero la gente ya comenzaba a ignorarme un poco más. Volví a casa, y me acordé del partido de Jason. Me había mandado la dirección, así que fui allí directamente cambiada para luego ir a casa de Nate.

-Papá, me voy a ver un partido y luego a cenar a casa de Nate.

-¿No estabais mal?

-Pero me he encontrado a su padre, y no he sabido decirle que no.

-Vale, ves escribiendo.

-Si.

Salí de casa y fui directa al partido. Ya había comenzado, iban ganando. Al final del partido ganaron, 5-2. Nada mal, teniendo en cuenta algunos jugadores que tienen. Espere fuera de los vestuarios, donde Jason me dijo, y no tardó en salir.

-Dafne, has venido.

-Te dije que vendría.

-¿Que te ha parecido?

-Bien, viendo algunos de los jugadores que tenéis.

-Muy graciosa. He marcado dos.

-Lo he visto.

-He pensado, ¿por qué no vamos a cenar? Te invito.

-He quedado, lo siento.

Hablando justo, vi la limusina de Chuck allí, pitando.

-Ahí están.

-¿Son los dos de ayer?

-Sigue siendo una larga historia.

Tuning Of Love- Nate ArchibaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora