Álvaro le enseñó con entusiasmo la entrada de una cafetería que parecía bastante antigua mientras Paul se mantuvo callado y, una vez entraron, el sevillano fue guiándole hasta la parte de atrás de la estancia. El moreno quiso saludar a la camarera llena de tatuajes que se encontraba detrás de la barra, pero su vecino le arrastraba tan rápido que ni siquiera le salió la voz cuando abrió la boca.
Una vez adentro, el granadino estuvo a punto de soltar un grito. Se sorprendió al encontrarse con cuatro ojos que le miraban fijamente, con aparente duda en sus pupilas y con cara de confusión.
- Chicos parad, que lo asustáis - Paul atisbó como Álvaro, al lado suyo, se aguantaba la risa-.
- Ya estás otra vez invitando a tus ligues raritos - Se quejó un chico con un bigote que le ocupaba toda la cara y con estilo bohemio.
Paul se removió incómodo, queriendo corregirle. Por suerte, Álvaro se le adelantó.
- No es mi ligue, Martin. Y tampoco es rarito - El sevillano se cruzó de brazos y habló con un tono firme.
- ¿Entonces quién es? - Una voz femenina se introdujo a la conversación.
Paul vio a aquella chica levantarse. Tenía el pelo largo y castaño y a diferencia del otro chico de ropa holgada, que parecía debilucho e indefenso, ella parecía cargar más mala leche.
- Formalmente mi nombre Pablo, pero todo el mundo me llama Paul - Titubeó el granadino al hablar, sintiéndose intimidado.
Álvaro, que no se separaba de Paul, les hizo un gesto a sus amigos y pocos instantes después, el moreno los tenía delante suyo. Seguían teniendo una expresión preocupantemente seria y todo el cuerpo tenso, como si estuvieran a la espera de que algo malo fuera a pasar.
- Aquí no se puede venir sin consumir - La chica le fulminó con la mirada.
- Ay Bea, de verdad, no seas así - Su vecino hizo una mueca y se acercó a ella, dándole golpecitos amistosos en el hombro-.
- Ella tiene razón - El otro chico decidió meterse en la conversación de nuevo. A Paul le llamó la atención su pelo, el cual era muy largo y lo llevaba desordenado.
- Qué poco agradecidos sois, con lo que me ha costado convencerle - Álvaro rodó los ojos.
Paul quiso irse de aquel lugar. Sabía que no era el agrado de esa gente y que no les iba a gustar nada de lo que él tuviera que decir, pero se sentía como un intruso viéndoles hablar como si él no estuviese. Además, tampoco estaba preparado para lidiar con la presencia de más gente a horas tan tempranas.
- ¿Convencerle? - Martin frunció el ceño -. ¿Convencerle de qué?
Álvaro se quedó perplejo y hubo un silencio durante unos segundos.
- ¿Como que de qué? De sustituir a Juanjo, idiota.
- ¡Ah! ¡Pues haber empezado tú por ahi! - El tono de la chica se relajó, pero a pesar de sonar más amable Paul prefirió no fiarse.
- ¿Era hoy cuando lo traías? - Álvaro asintió a su amigo.
- Chicos pero si os lo he dicho. Este es Paul, mi vecino - El sevillano se hizo a un lado para que el moreno pudiera acercarse más.
- Hola tío, yo soy Martin - Aquel chico le extendió la mano en forma de saludo, el cual le devolvió Paul de la misma manera.
- Yo soy Bea, encantada - La chica le agarró del hombro y acercó su cara a la de él, dejándole un beso en cada mejilla. El chico se sorprendió tanto que no fue capaz de soltar ninguna palabra.
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Endgame - Alvaul / Paul y Álvaro (OT)
RomansaPaul y Álvaro viven uno en frente del otro. Paul vive obsesionado con su vecino, le mira a través de su ventana y sueña con el día en el que le dirija una sola palabra. Pero sabe que eso no es posible porque para Álvaro, él es invisible. O eso es...