Cap. 8

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USA recorrió el salón por todas partes intentando no toparse con Perú. Seguía algo rojo por lo ocurrido, pero no se le notaba tanto.

Perú, al no encontrar a USA, salió de nuevo a un balcón. En ambiente de la fiesta no era su favorito. Estaba planeando irse a casa cuando escuchó el anuncio de México.

–Gracias por venir hasta aquí. Ahora, para terminar la fiesta de la mejor manera posible, les ofrecemos un juego, pero para jugar, tienen que quedarse hasta las doce aquí. Y, obviamente, va a haber un premio para el vencedor. –Venezuela subió al escenario. –Y para explicar las reglas del juego, Venezuela. –se apartó del micrófono.
–Bien las reglas son simples. En parejas, trios, cuartetos o grupos de cinco, la verdad no importa mientras no estés solo –la gente rió. –, tendrán que encontrar las cinco pistas escondidas por el salón. Todas las pistas se relacionan con nuestros videos, así que, espero que los hayan visto. Además, no a todos se les dará la misma pista, para que no se copien. Las cinco pistas seran diferentes para todos. Así que asegúrense de leerlas bien.
–Sin más que decir, les estaremos dando las pistas en unos momentos. –dijo México.

Perú quería participar, pero ko tenía con quien. Así que, solo se sentó en una mesa y empezó a jugar con una ramita qué se encontró.

México y Venezuela empezaron a repartir las pistas a los equipos. Había demasiados equipos, pero estoy ya lo habían previsto, así que no había problema.

–¡Ey! ¿Donde esta tu equipo? ¿Ya les dimos una pista? –preguntó Venezuela.
–Ah, lo siento, aun no tengo equipo. –respondió Perú.
–No re preocupes. Cuando tengas equipo, si no les hemos dado una pista, nos buscas.
–Esta bien, gracias.

Venezuela siguió repartiendo pistas a todos los equipos. Y Perú empezó a desesperarse. Ya no quería estar ahí viendo como todos se divierte menos él.

–Esto es absurdo. –se levantó de su mesa. –¿Por qué sigo aquí?

Miró a su alrededor. No había nadie que le prestará atención, nadie con quien convivir. Suspiró. Estaba listo para irse de la fiesta cuando sintió unas manos de lo abrazaban por la cintura.

–¡Ah! –volteó atrás.
–Perdón por asustarte. –dijo USA.
–¡U-USA! Pensé que ya te habías ido. –desvío su mirada.
–No tengo a donde más ir. No es como que quiera ver a mi familia. Además, tu estas aquí.
–Oh. –se sonrojó. –Eso es...
–No lo mal pienses. –lo soltó.
–N-no lo m-mal pensé. Bueno, ¿vas a jugar? –se tapó la cara con la mano.
–Sí, ¿y tú?
–No tengo con quien. –se mordió el labio.
–Puedes jugar conmigo. Yo tampoco tengo con quien jugar.

Perú lo miró. USA se sonrojó un poco. Perú asintió.

–¿Vamos por una pista?
–No hace falta, ya me la dieron. –sacó una hojita de papel.
–Bien, que el juego comienzo entonces.

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Qué los juegos comienzen.
Ahhh, ¿Como será el juego?
No se, pero ya veremos. 

Enamorados por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora