–U-USA, ten cuidado, por favor. –Dijo Perú.
USA estaba empezandó a perder el equilibrio, pero se sostuvo de otra rama y logró recuperar el equilibrio.
–Calma down, Perú. Ya te dije, se lo que hago. –examinó todas las ramas antes de subir a la siguiente. –Además, me he caído desde más alto y no me pasó nada. –sonrió.
–No dudo de tus habilidades, pero las ramas se ven muy frágiles. –se rompió una rama del árbol. –Lo ves. –USA soltó una risita.
–¿Quieres que te demuestre que no pasa nada?
–Sí, creo que eso me dejaría más tranquilo.
–Fine.
USA bajó hasta la rama qué caía al balcón. Se sujetó de otra rama y le extendió una mano a Perú.
–Ven, sube conmigo.
–¡¿Q-qué?! No creo que sea buena...
–No te pasará nada mientras estés conmigo. Lo prometo.
Perú miró el árbol, luego a USA y su encantadora sonrisa. Inhaló hondo y aceptó. Agarró la mano de USA y subió a la rama. USA lo jaló hasta otra rama, donde ya no podía caer en el balcón. Perú cerró los ojos y abrazó a USA.
–¿Vez? No te pasará nada. –se lo que hago.
–Ahh, si te creo, ¿ya me podrías bajar?
–No.
–¿N-no? ¿Por qué?
–Dije que subirias conmigo, ahora subiremos hasta la punta por la pista.
–N-no me hagas esto USA. Por favor, bajame.
USA lo soltó y subió a la siguiente rama. Perú empezó a tambalearse. Sintió mucho miedo de caerse. No quería caerse. USA lo sostuvo desde la otra rama.
–Sube.
–¿Q-qué? ¡No!
–No creo que te quieras quedar ahí. Sube anda. –se sentó en la rama. –Te ayudo.
–Esto no me gusta. –empezó a subir a la otra rama. –Sujetame bien, no quiero caer.
–Esta bien, yo te sujeto.
Perú resbaló. USA lo agarró por la cintura y lo jaló haciendo que quedara encima de él.
–G-gracias. –se sonrojó.
–Why?
–Por no dejarme caer. –desvío la mirada.
–Dije que no lo haría, qué cuidaría qué no te cayeras, eso hice. –sonrió.
Perú se empezó a poner más nervioso qué de costumbre. Intentó pararse, pero casi se vuelve a caer.
–Wow, cuidado. –lo volvió a sujetar por la cintura. –Si intentas pararte tan bruscamente, te caerás. –empezó a buscar una rama.
–Lo s-siento, pero quiero bajarme ya. Vamos por la pista, ¿quieres?
–Sí, ya voy. –se sujetó de otra rama. –Agarra la rama, te podrá ayudar a pararte.
Perú le hizo caso y los dos se pararon. Siguieron escalando. Perú empezó a tener menos miedo a cada rama qué subían y USA intentaba ir lo más lento posible para que Perú no se cayera. Por fin, llegaron por la pista.
–La tengo. –dijo USA.
–Bien vámonos. –miró hacia abajo. –Wow, no pensé que estuviéramos tan alto. –agarró a USA.
–Mejor leemos la pista primero, para que se te baje el mareo.
–Buena idea, pero agarrame qué me caigo.
USA le hizo caso y lo agarró por la cintura. Le entregó la pista y Perú la leyó.
Tercera pista.
Si quieren dinero tener,
una bebida tienen que beber.
–Esto es obvio. Tenemos que ir a la mesa de bebidas. –dijo USA.
Los dos empezaron a bajar con cuidado. Perú de ves en cuando se mareaba y tenían que para, pero lograron llegar a bajo sin un rasguño.
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Pobre Perú.
Yo no me hubiera atrevido a
subir.
