Capítulo 7

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Me desperté a la mañana siguiente sola en mi cama, pero teniendo en consideración que ya era casi las once de la mañana y que Rosé no estaba tan cansada como yo, era bastante normal

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Me desperté a la mañana siguiente sola en mi cama, pero teniendo en consideración que ya era casi las once de la mañana y que Rosé no estaba tan cansada como yo, era bastante normal.

Pero yo sabía que eso no cambiaba quién era Rosé. Tanto que, al llegar al baño para lavarme los dientes, abrí una sonrisa al ver una nota pegada en el espejo con cinta adhesiva.

《Buenos días, dormilona.

Espero que hayas dormido tan bien como yo.

Por cierto, me encantó dormir en tus brazos.

Ahora, ¿que tal si tomas un baño y luego vuelves a mis brazos? Te estoy esperando en la sala con un gran desayuno. No te tardes.

Besos.

PD: La mañana está muy fría, así que abrígate bien. Recuerdas que vamos a salir, ¿verdad? Necesito ropa. A no ser que tú quieras que pase el fin de semana desnuda. Creo que no sería una mala idea...

Ahora deja de leer esto y apúrate.

Besos... otra vez.

PD2: Estaba bromeando acerca de estar desnuda, ¿ok? Realmente necesito ropa.

Ya no te enviaré más besos, porque prefiero dártelo personalmente. Ven rápido.》

Sonreí aún más y me apresuré a tomar un baño, vestí una camiseta oscura y unos jeans oscuros, poniéndome una chaqueta encima, bajé las escaleras casi corriendo mientras arreglaba mi cabello aún húmedo con los dedos.

Encontré a Rosé en la sala, mirando unas caricaturas, pero puso la televisión en silencio tan pronto como me vio.

-Buenos días - saludé, me acerqué más, y me senté a su lado en el sofá de tres plazas.

-¡Estás buenísima! - ella exclamó mientras pasaba su mirada por mi cuerpo, como un escáner. -Es un pecado salir así de guapa, ¿sabías? Me pondré celosa cuando todos comiencen a mirarte por la calle.

-Basta, Rosé- pedí, sonriendo ligeramente avergonzada. -Tú también estás hermosa.

-¿Te gusta? - ella preguntó, se puso de pie y dio una vuelta para yo la pudiera ver mejor. -Es de Jennie- Rosé continuó, mostrándome su abrigo beige. -Y las botas también. Ella me lo prestó porque yo no tenía nada más que aguante este clima frío. Al menos dejó de nevar - ella comentó, mirando rápidamente a través de las ventanas. -Por supuesto que está todo cubierto de nieve, pero creo que el hecho de que haya parado de nevar es algo bueno, ¿verdad? Quiero decir, yo creo que sí. Pero como no nieva en Arizona, no puedo estar segura. Pero si tienes en cuenta que...

Interrumpí el chisme incesante de Rosé, tirándola por la nuca, y cubrí sus labios con los míos.

Al principio se suponía que solo sería un beso rápido para hacerla callar, pero cuando sentí sus labios en los míos, la necesidad de probar más de su sabor me dominó, y profundicé el beso, infiltrando mi lengua en su boca.

DULCE PECADO |CHAELISA| ADAPTACIÓN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora