Hijos de Apolo, casi, luz pura, la llegada de un chico podría tal vez cambiar un poco el rumbo de su historia, demasiado tal vez.
Para él ella era un rayo de sol, el destello de luz que a él le faltaba, si él no brillaba ella podía hacerlo por los d...
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Sol en media noche.
Las pesadillas eran algo característico de los hijos de dioses, cada uno tenía su propia historia, eso que no lo dejaba dormir por las noches o incluso si lograban conciliar el sueño, los despertaba a media noche.
A cada uno los afectaba de una manera pero, eso no significaba que alguien no los tenia, solo que algunos ya se habían acostumbrado, mientras que a otros aún le seguían afectando en su ciclo de sueño, en su manera de comer e incluso en su actitud.
Cassie no era la excepción, las pesadillas la dejaban empezar su ciclo de sueño pero no dormir, esas noches salía a mirar cualquier cosa en ese campamento, algo que hiciera que su mente quede en silencio un segundo.
Esa noche había decidido ir a un lugar apartado, no a su lugar de siempre pero si cerca del lago, el agua estaba tranquila y las estrellas y la luna se reflejaban en ese espejo color azul.
Esta vez no venía acompañada por su guitarra, simplemente se sentó en un pequeño tronco y abrazo sus rodillas, mirando el agua y los arboles moviéndose... suavemente. Llevaba un suéter grande como para pertenecerle a ella, unos pantalones y sus zapatos, estaba jugando con una cadera, que era como un circulo pero adentro tenía un sol, Cassie lo hacía girar mientras lo miraba.
Rápidamente los flashback vinieron a su cabeza.
Ella jugando con su hermano en el gran campo de la casa de sus abuelos.
Su hermano ayudándola cuando se había caído y raspado la rodilla.
Su hermano con ella leyendo un cuento.
Ayudándola con sus tareas.
Su hermano la protegía y ayudaba a pesar de todo, no pedía nada a cambio, es el amor más sincero en la memoria de Cassie.
Hasta ese último flashback, las imágenes empezaron a aparecer una tras otra, hasta que una voz la saco de sus pensamientos.
—¿Cassie?
Ella miró de inmediato tras ella, encontrándose con ese cabello rizado y esos ojos marrones.
