Hijos de Apolo, casi, luz pura, la llegada de un chico podría tal vez cambiar un poco el rumbo de su historia, demasiado tal vez.
Para él ella era un rayo de sol, el destello de luz que a él le faltaba, si él no brillaba ella podía hacerlo por los d...
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Sueños.
Era imposible no tener un pedacito de su ser pensando en Luke, que hace en este momento, ¿acaso esta a salvo? Cassie estaba en sus burbujas muchas veces al día, estaba con la mirada perdida por instantes. Sus ojos siempre iban hacia donde Luke se fue por si volvía, lo echaba de menos.
Cassie no sabía la hora exacta, su cuerpo estaba sudado, su corazón latía rápido y su respiración era rápida y desordenada, sus ojos cerrados se movían de un lado a otro, su ceño se fruncía.
La pequeña Cassie se escondía tras un árbol, una pequeña parte de su cabeza se dejaba ver, la tierra estaba en las palmas, y toda su ropa, su hermano seguía golpeando a ese monstruos, era imposible no mirar sus pantalones rasgados, su rostro golpeado. Cassie estaba llorando sintiéndose impotente de no poder ayudar a su otra mitad.
Un golpe secó se escucho, la expresión de dolor en el rostro de su hermano al golpear contra el árbol hizo que ella cerrara los ojos de la impresión. De un momento a otro la camiseta azul se empezó a teñir de un color granate oscuro, la lluvia apareció, empezando a teñir también el suelo.
Cassie rápidamente corrió hacía su hermano, tomo esa espada, era pesada para ella, se alejo un poco de James, un grito salió de la garganta de Cassie llamando la atención de esa criatura, al mismo tiempo de que James también había utilizado todas sus fuerzas gritar en negación, Cassie corrió hasta esa cosa, con todas sus fuerzas clavo su espada en el abdomen de eso.
Sus ojos se mantuvieron cerrados hasta que ya no sintió nada, abrió los ojos, esa cosa se esfumo, rápidamente tiro la espada y fue hasta su hermano, sus pequeñas manos se mancharon de ese liquido granate, ella lo abrazo, con todas sus fuerzas, cómo si el amor pudiera protegerlo.
—James, por favor, no me dejes, por favor.—Los sollozos se mezclaban con sus suplicas.
—Cass... mírame, mírame.—Así lo hizo, las manos de James manchadas fueron hasta el rostro de Cassie, la sangre se limpiaba por la lluvia y las lagrimas.— Esta todo perfecto, te lo pro.
Antes de que James pudiera terminar esa promesa Cassie lo interrumpió.
—No, no, no quiero que prometas nada.— Cassie sabía en el fondo que James no cumpliría ninguna promesa.
Ella volvió a abrazarlo, James solo cerro los ojos abrazando a su pequeña hermana, era imposible no llorar al pensar en dejar a su precioso sol, sola, aprendiendo todo lo que el debería enseñarle a lo largo de su vida.
No quería irse.
James en su mente empezó a suplicar, con todas sus fuerzas, mientras abrazaba aún mas a Cassie quien sollozaba en su hombro.
