Epílogo

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-Tres meses después-

Jin llamó a la puerta del apartamento hecho un manojo de nervios, pero no le dio tiempo a pensárselo mucho cuando Yoongi le abrió y le recibió con una gran sonrisa. Hacía poco que habían sacado su canción juntos y el mundo mediático y musical habían estallado ante la bomba de que él era Agust D y Suga, de que volvía a la vía pública parcialmente y, aparte de eso, su canción estaba siendo un éxito, pero Jin no había venido a hablar de eso.

Yoon le atrajo hacia sí cogiéndolo por la cintura y le dio un pequeño beso en los labios antes de dejarle pasar al interior. Jin no podía evitar derretirse ante esos gestos porque a pesar del tiempo que llevan juntos de nuevo, no se acostumbraba a él.

Cuando llegaron al salón se encontraron con Eunji sentada en el suelo, sobre la alfombra, y jugando con una granja y un montón de animalitos de colores.

—Eunji, saluda a Seokjin.

La niña levantó la vista y saludó con una pequeña inclinación y una sonrisa a Jin, que se acercó para sentarse a su lado en el suelo. Era la primera vez que se veían y Jin estaba que se subía por las paredes, porque era vital caerle bien a Eunji para poder estará gusto del todo con Yoongi. Le importaba mucho la opinión de la niña.

—¿Eres el novio de papi? — Eunji preguntó muy seria, pero a Jin le entró la risa nerviosa y su padre, que se estaba sentando también junto a ellos, casi se atraganta al escucharla. — El tío Kook dice que sois novios y os dais besitos.

Jin miró en busca de ayuda a, al parecer, su novio, pero Yoongi estaba demasiado ocupado maldiciendo y grabándose a fuego en la mente que tenía que cargarse a Jungkook por aquello.

—Jin solo es un amigo que ha venido a conocerte y pasar el día con nosotros.

—Qué pena, — dijo Eunji tan tranquila volviendo a centrarse en sus juguetes. — Todo el mundo tiene novios o novias menos tú, papi, y quería que jugaras con alguien más para que me dejaras mi espacio.

Ambos adultos se quedaron pasmados y se miraron incrédulos, era imposible que un renacuajo como ella hubiera dicho eso, así que rompieron a reír.

Los tres pasaron el día juntos, al principio Eunji no parecía prestarle atención a Jin, pero cuando este se puso a cocinar uno de sus platos estrellas, a la niña le entró curiosidad y acabó revoloteando a su alrededor queriendo ayudarle. Mientras se daba esa escena, debéis saber que Yoongi se pasó todo el rato con cara de bobo vendo como su hija y su novio se entendían y reían intentando cocinar. Casi se le cae la baba al pobre.

Por la tarde, tras ver una película los tres tumbados en el sofá y que Eunji convenciera a Jin para jugar con ella a maquillarse, llegaron hasta la hora de la cena, que no se complicaron mucho y pidieron algo a domicilio. Cuando la noche cayó y la niña bostezaba, le pidió a su padre que fuera Jin quien le leyera el cuento de dormir. Yoongi, asombrado, dejó que la niña cogiera de la mano a Jin y fueran hasta su cuarto los dos juntos.

Con Eunji ya tumbada en su cama, rodeada de peluches y una pequeña luz tenue encendida, Jin se sentó en el borde de la cama y cogió el cuento que la niña le indicaba, pero antes de empezar a leer Eunji llamó su atención tirándole de la manga de la camisa.

—¿Qué ocurre, cielo? — Le dijo con voz dulce.

—¿Tú quieres a mi papi?

Las preguntas de esta niña dejaban constantemente descolocado a Jin, pero era un encanto y se habían entendido a la perfección, así que estaba de lo más alegre de haberla conocido, y le respondió con una sonrisa.

—Claro que sí, le quiero mucho. ¿Por qué lo preguntas?

—Porque él también te quiere, habla mucho de ti. Podríais haceros novios de verdad, papi sonríe cuando te mira, y a mí me gustas. ¿Quieres ser mi otro papá? En el cole todos tienen un papá y una mamá, pero a mí no me importa tener dos papás.

A Seokjin se le llenaron los ojos de lágrimas, había ido ese día para conocerla porque sabía que caerle bien a Eunji era pasar una prueba de fuego vital para que su relación con Yoongi pudiera avanzar y formalizarse, ahora ellos eran un pack, y esto que ella le acababa de decir le había ablandado el corazón tantísimo que pensaba que se derretiría. Era más de lo que podía pedir.

—Es pronto para eso, cielo, pero estaré encantado de estar aquí con vosotros todo el tiempo que queráis.

—¿Vas a vivir con nosotros? — Dijo la niña emocionada, y Jin no pudo hacer más que sonreír y asentir, porque si decía algo más no podría dejar de llorar.

Media hora más tarde Eunji ya se había dormido y Jin salía al salón con cuidado en busca de Yoongi. Le encontró tirado en el sofá con el móvil, y sin decir una palabra se tumbó a su lado y le dio un beso tierno y con sabor a lágrimas. Yoongi le miró preocupado, por si había pasado algo, pero Jin sonrió, tranquilo.

—La adoro, Yoon, me ha pedido que sea su otro papá.

Yoongi se emocionó al escuchar aquello. La niña aún era pequeña para explicarle lo que había pasado con sus padres biológicos y tampoco sabía qué excusa darle cuando le preguntaba por qué no tenía mamá, así que si le había caído Jin lo suficientemente bien como para pedirle que se quedara con ellos es porque había pasado su prueba de fuego con creces.

Ambos se quedaron acurrucados en el sofá, emocionados, dándose pequeños besos y disfrutando del momento y las caricias.

—¿Te quedas esta noche? — Preguntó Yoon sonriendo y sin poder apartar la vista de los ojos del otro, igual que tampoco pudo evitar morderse el labio inferior, pícaro.

—¿Aquí? ¿contigo? Esta noche y toda la vida.

Seokjin se quedó esa noche, y la siguiente, y tantas más que a los cuatro meses ya hizo la mudanza oficial a casa de Yoongi y Eunji. Con el tiempo los tres formaron una bonita y peculiar familia, entre Yoon y Jin parecía que el tempo separados nunca había existido y Eunji aceptó a Jin como si aquel siempre hubiera sido su sitio. Ambos siguieron con la música, éxito tras éxito, y Eunji encontró un nuevo hogar en la discográfica, donde se convirtió en el ojito derecho de todo el mundo.

Un año después llegó un nuevo miembro a la familia, un gato negro que la niña juró proteger y cuidar con su vida, y las siguientes navidades, ya a sus ocho años, mientras ella abría un regalo para Bigotes, que no era otra cosa que un jersey, vio como su padre se agachaba con una rodilla en el suelo para regalarle un anillo a Jin, al que también había empezado a llamar papá. El tío Hoseok lloró muchísimo en la boda y Eunji pudo disfrutar de bailar en el centro de la pista de baile con su vestido de princesa y agarrada de sus padres. 

Reset // YoonjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora