Pov Joseph Descamps
La sala de recuperación parecía impregnada de la frialdad quirúrgica, y Descamps despertó con la sensación incómoda de que algo había cambiado. La cirugía ya había terminado, y al abrir los ojos, una oscura incertidumbre lo invadió al darse cuenta de que ya no veía por uno de ellos. La ansiedad lo atrapó, pero trató de convencerse de que solo llevaba vendas.
A su lado, Abigaíl leía un libro, sumida en la quietud del lugar. -Hola— murmuró Descamps, llamando su atención.
Abigaíl levantó la mirada al percatarse de que Descamps había despertado y se aproximó con expresión preocupada. -¿Cómo te encuentras? ¿Te duele mucho?—preguntó.
-Bueno, extrañamente no me duele mucho. Pero, ¿cuándo podré volver a ver?-, inquirió Descamps, molesto e incómodo con la idea de vivir con la visión limitada de un solo ojo.
Abigaíl suspiró antes de responder: —Bueno, esto es complicado y tienes que estar tranquilo, pero lamentablemente no podrás volver a ver por ese ojo—.
La noticia golpeó a Descamps como un martillazo, y su mente se llenó de tristeza, frustración y confusión. Abigaíl, percibiendo su tormento, lo abrazó, brindándole un consuelo silencioso.
-Lo bueno es que te ves muy bien, muy guapo-, intentó animarlo Abigaíl, pero Descamps, a pesar de la afirmación, se sintió decaído. Sin embargo, no pudo evitar reconocer que esas palabras le hicieron sentir algo mejor.
Tras ese acontecimiento, mis padres y los suyos, enterados de la noticia, se acercaron para brindarme apoyo y palabras de aliento. La atmósfera se llenó de un reconfortante sentido de unidad familiar. Posteriormente, mis padres extendieron una invitación cordial a los suyos para compartir una cena juntos.
En algún momento, mi padre propuso llevar a cabo una reunión de negocios en su despacho, invitando a su padre para discutir asuntos empresariales. Mientras tanto, nuestras madres, con una excusa amigable, se retiraron para un rincón más privado.
Así, nos encontramos solos, envueltos en el silencio.
La tenue luz de la sala de estar iluminaba el ambiente mientras él y Abigaíl se encontraban sentados en el sofá. La atmósfera estaba cargada de tensión, y Descamps no podía evitar sentirse vulnerable tras perder su ojo.
-Abigaíl, me siento como un monstruo ahora que perdí el ojo. No sé si podré soportarlo-, admitió Descamps con la mirada baja, su voz cargada de pesar.
Abigaíl, con razón y el consuelo, puso una mano reconfortante en el brazo de Descamps. -No seas tan duro contigo mismo, Descamps, estás perfecto—.
A pesar de las palabras de consuelo, Descamps suspiró, anticipando el juicio de los demás. -Pero todo el mundo me mirará raro ahora, y no podré hacer todas las cosas que antes hacía—.
Abigaíl sonrió, desafiando las preocupaciones de Descamps. -No permitas que la gente te haga sentir mal acerca de ti mismo. Sé que esto ha sido difícil, pero eres mucho más que tu apariencia-.
Abigaíl se acercó más a Descamps, tomando su mano como símbolo de apoyo inquebrantable. -Y recuerda que no tienes que enfrentar esto solo. Estoy aquí para ti, tu familia también, en las buenas y en las malas-.
Descamps, con gratitud en sus ojos, le agradeció a Abigaíl, reconociendo la importancia de tenerla a su lado. Sin embargo, el silencio llenó la habitación, y un aire tenso flotaba entre ellos.
De repente, Abigaíl rompió el silencio con una sonrisa débil. -De nada, Descamps—. La tensión en el aire aumentó cuando sus miradas se encontraron, y el ambiente se volvió más íntimo.
Descamps sintió la conexión íntima entre ellos, la complicidad que se había formado en tan poco tiempo. La sonrisa de Abigaíl iluminó la habitación y, en un impulso, Descamps acercó su rostro al de ella. Sus labios se encontraron en un suave y tierno beso, sellando el consuelo y el apoyo mutuo en ese momento de vulnerabilidad.
El beso fue como un bálsamo* para ambos, una expresión de entendimiento y afecto que trascendió las palabras. Descamps sintió una chispa de alegría en medio de la adversidad, mientras Abigaíl experimentaba la calidez reconfortante de la conexión emocional.
Al separarse, sus miradas se encontraron, revelando un entendimiento compartido y una nueva dimensión en su relación. La tensión que llenaba la habitación se había transformado en una energía diferente, cargada de emociones más profundas.
Bálsamo*: Consuelo, alivio.
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Insta-love ( Mixte; Joseph descamps )
FanfictionIntroducción: Al comienzo del año escolar de 1963, la escuela secundaria de Voltaire, ubicada en la pintoresca ciudad de Saint-Jean-d'Angély en Charente-Maritime, abrió sus puertas por primera vez a estudiantes femeninas en su campus. En este nuevo...