No me conoces

553 61 35
                                    

Eran las 3 de la mañana y toda la tripulación incluido el capitán estaban dormidos, la única alma que caminaba por la playa para adentrarse en el bosque era un espadachín pelinegro. Sus pasos eran sigilosos, procuraba hacer el menor ruido mientras caminaba cada vez más profundo entre los árboles, tenía que estar seguro de que nadie lo viera o lo escuchara. Una vez que decidió que estaba lo suficientemente alejado sacó el den den mushi e hizo la llamada.

-Ojos de halcón, vaya, no creía tener información tan pronto de ti. ¿Qué tienes? - Se escuchó la voz del almirante del otro lado de la línea.

-Van a atacar la fortaleza naval de la marina. Mañana o quizás pasado, dependiendo de como lleguemos, pero saben que estará muy poco custodiada - Informó Mihawk.

Una risa se escuchó del otro lado -¿Lleguemos? Hablas en plural, Vicealmirante. ¿Qué ha pasado? - Cuestionó burlón la persona.

Mihawk no se había percatado de ese detalle, del hecho de que ya se estaba incluyendo como miembro de la tripulación. El comentario lo tomó desprevenido y suspiró, sabía que tenía que decirlo, tarde o temprano se enteraría.

-Soy parte de la tripulación - Declaró después de unos momentos de silencio.

Una estruendosa carcajada se escuchó proveniente del almirante y continuó así por algunos segundos más, se escuchaba que intentaba calmarse pero el ataque de risa regresaba y le empezaba a resultar difícil hablar e incluso respirar.
-¿T-Tú? ¿Tripulante? ¿Pirata? ¿Del pelirrojo? - Otra carcajada incluso más fuerte que la anterior. El pelinegro apretó molesto el aparato, se comenzaba a impacientar del comportamiento tan absurdo que estaba teniendo su superior. Momentos después cuando la risa se detuvo y el almirante logró recobrar la compostura se escuchó como se aclaraba la garganta y volvía al mismo tono de antes -Cuando te dije que te infiltraras no me refería literalmente a su tripulación... pero creo que no nos viene mal. Como sea, mientras no olvides que eres de la Marina no habrá problema y todo lo que hagas con ellos será perdonado siempre y cuando nos mantengas al tanto se toda la información útil. Hasta luego, pirata. - Aquellas últimas palabras fueron acompañadas de otra carcajada que el pelinegro decidió no escuchar ya que colgó abruptamente.

Se quedó unos minutos sentado ahí, solo, a mitad del bosque observando en dirección en donde se encontraba la tripulación, no podía verlos por la lejanía y los altos árboles que lo cubrían pero sabía que estaban ahí. De pronto se sintió incómodo por lo que había hecho y se molestó consigo mismo por sentirse de esa manera. Él era un vicealmirante de la Marina y uno muy poderoso, ellos eran unos piratas que habían causado mucho daño por demasiado tiempo, ¿Qué le importaba a él lo que pasara con ellos? Había escuchado que algunos tenían familia, hijos que no habían visto en años, pero nadie les exigió que fueran piratas. A pesar de la fama que tenían, eran muy fraternales, lo habían adoptado e integrado sin siquiera dudarlo, principalmente Shanks. El pelinegro golpeó el puño contra el suelo con molestia al pensar en el pelirrojo y cómo se había preocupado por él cuando supo que no tenía a nadie más en el mundo.

-Maldito Shanks - Refunfuño. No llevaba ni 3 días con ellos y el pelirrojo ya lo había abrazado o más bien, colgado de su cuello en 2 ocasiones. Y luego estaba el maldito apodo que le había puesto 'Ojos bonitos ' agh, como le irritaba. -Maldito, maldito pelirrojo - Volvió a exclamar mientras se ponía de pie, guardaba muy bien el den den mushi y se encaminaba de nuevo al campamento pirata.

Antes de llegar captó su atención una figura que estaba en las piedras donde reventaban las olas. La capa ondeandose por el viento le hizo saber de quién se trataba e instintivamente caminó hacia él.

-Ojos bonitos. ¿No podías dormir? - Cuestionó Shanks sin siquiera girarse, tenía la mirada puesta en el horizonte aún cuando sólo hubiese oscuridad delante.

Deber o deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora