Prólogo

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Corrí por las calles desiertas, en silencio, como si ellas escuchasen mi plan. Mi vista se nubló. Quería sentir la sangre correr por mis manos, necesitaba escuchar las plegarias de mi víctima, necesitaba escuchar sus ruegos, que serían interrumpidos por su desgarrador grito de dolor. Quería cortarle, verlo sangrar, sentir su sufrimiento...

Yo no era así, me decían muchos, intentando cambiar mi mente. ¡Ja! Ilusos... No sabían que una vez que alguien te cambia, esa marca seguirá para siempre en tu corazón, si así se le puede llamar.

Mis pasos, silenciosos, se detuvieron ante una mansión, rodeada de fuentes, jardines y demás lujos estúpidos e inservibles. Odiaba a esa gentuza, que por tener dinero se creían mejores que el resto. Contrataban a sirvientes, y los trataban como esclavos, trabajando como mulas, día y noche. Pero eso se acabaría... Pobrecillo el chaval. Tan joven, tuvo que ser corrompido por su familia... Hasta el punto de que recibiese un encargo... Morirá en mis manos, sentiré su sangre deslizarse por mis dedos lentamente, mi cuchillo se manchará con ese líquido carmesí, vital hasta para cualquier bichejo miserable como él.

Deslicé mis dedos por el filo del reluciente metal y sonreí, imaginando el dolor que podría causar un simple roce.

"Al final sus estúpidos jardines me servirán de algo" --me dije a mí mismo.

Trepé ágilmente por las ramas de un árbol hasta llegar a la ventana de su cuarto. Observé el interior y le vi ahí dentro distraído con su móvil. Abrí lentamente la ventana, provocando que una ráfaga de aire se colase dentro, pero el chico no se percató, ya que tenía los auriculares puestos. Me deslicé al interior de la habitación, sigiloso como un depredador acechando a su presa. Saqué el peligroso filo de metal, volviendo a acariciar su superficie y sonreí siniestramente.

Me acerqué a él, consiguiendo que levantase la vista. Le observé, tenía una mirada llena de terror, provocado por el brillo de mi cuchillo, pero antes de que abriese la boca, atravesé su garganta con una sonrisa sádica, viendo como tosía sangre y el brillo desaparecía de sus ojos.

Unos segundos antes de que muriese, le desgarré la mejilla, formando una "R" y después, desaparecí entre las sombras.

Criaturita_de_UST_

R [Rulexby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora