8.- Juegos antes de la confianza.

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Los pocos días que Jungkook había estado a su lado, ya detectaba algunas manías. Era difícil no notarlas ahora que su vida solo rondaba en Taehyung. Se había dado cuenta que siempre tomaba un vaso de agua al despertar, leía un poco antes de dormir y al salir de su habitación siempre tomaba una pequeña piedra de color rojo que estaba sobre su buró, la besaba y la ponía sobre su bolsa derecha.

El mal humor que lo caracterizaba no existía hasta que veía gente, o quería molestarlo a él. Taehyung se la pasaba la mayor parte del tiempo solo, no hablaba con nadie a menos que fuera NamJoon o su maquillista. No pedía las cosas amablemente y la gente no parecía tener problema con ello, todos hacían lo que les correspondía y con la misma se marchaban. Parecía que cada uno se sabía la rutina de memoria, como si estuvieran mecanizados para solo obedecer y alejarse. Incluso había notado que NamJoon siempre llegaba, daba los buenos días y dejaba la carpeta con las cosas para hacer ese día y después de eso no había más contacto a menos que Taehyung quisiera gritar o reclamar algo en lo que estuviera disconforme.

La adaptación rápida era parte de su vida y no tenía problema en hacerlo lo más pronto posible. Solo que, con ese niño la adaptación era un poco más complicada. Sobre todo, por ese juego seductor que ahora Taehyung había implementado.

Jungkook era un hombre soltero que desde pequeño había soñado con defender a las personas que amaba, quería ser fuerte para que nadie los dañara. Desde niño entendió que el mundo estaba colmado de gente diabólica y que los demonios no solo existían en el infierno. Solo soñaba con proteger y ahora siendo un adulto, estaba cumpliendo su sueño.

Varios minutos después, Taehyung estaba listo. Y mientras Jungkook intentaba mantener la calma, él lo deslumbraba con la increíble imagen de su figura. Su vestimenta constaba de un pantalón de satín negro que dejaba admirar sus perfectas curvas, acompañado de una camisa sin mangas en color rojo y una chamarra negra. Algo que había notado Jeon era que su cliente siempre usaba algo de ese color. Se preguntaba si tenía algún significado o solo era su favorito.

—Estoy listo.

—¿Ya? —añadió aburrido solo para molestarlo un poco—. ¡Por fin! Tardas mucho solo para quedar igual.

—Por supuesto que no me veo igual, idiota —respondió iracundo fulminándolo con la mirada.

—Igual de feo.

—Feo tu rostro —refutó Taehyung dándole una mueca—. Cara de sapo.

—Feo, pero querías que te besara —rebatió ayudándolo a tomar su bolso—. ¿O ya se te olvidó?

—Pfff —Taehyung rodó los ojos al cielo al escucharlo—. No te emociones. Solo quería que te fueras.

—Claro.

Y no era mentira que Taehyung lo quería lejos, jamás estuvo de acuerdo en la decisión de elegir a una persona para su cuidado. Pero no pudo hacer mucho cuando su padre le hizo saber la decisión. Si había algo en el mundo a lo que Taehyung no podía negarse era a las palabras de su padre. Ese hombre era todo lo que tenía en el universo. Y solo por él seguía soportando a cada uno de los guardaespaldas que llegaban, aunque ellos decidieran abandonarlo por razones extrañas.

The Bodyguard [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora