The Bodyguard [Kookv]

17.- Un poco de alegría.

Era extraña esa sensación de "normalidad" que Jeon le otorgaba. Taehyung no se había percatado de que seguía sonriendo hasta que sus mejillas dolieron debido a que tuvo que cerrar la boca cuando Jungkook cuestionó cual era el motivo de su linda sonrisa y sí, como era de esperarse, volvió a sonrojarse como si fuera la primera vez que le escuchaba decir eso.

Necesitaba controlarse. pero ¿Cómo lo hacía? Si Jungkook le daba toda esa seguridad que no sabía era lo que necesitaba. Incluso en ese momento de "cita", él había tomado las medidas necesarias para no ser notados y ser perseguidos. ¿Cómo? No lo sabía, sin embargo, se lo agradecía.

Usar el coche de uno de los amigos de Jeon fue otra distracción que implementó para su escapada. Mientras en el trayecto, Taehyung hizo unas compras en línea que serian entregadas en el momento que ellos llegaran a la dirección en dónde vivía la señora Jeon. Flores, unos postres y algunos juguetes para Bam eran parte de los detalles. Por que sí, el berrinchudo amaba los detalles por mínimos que fueran.

—Estamos a solo dos cuadras —dijo Jeon de pronto, llamando su atención—, ¿Estás listo, bonito?

—Si, estoy muy emocionado.

Le respondió con la sonrisa más hermosa que jamás le había observado. Taehyung sonriendo era una imagen demasiado memorable.

—Me sorprende que, teniendo el mundo entero a tus pies lo que te haga sonreír de esa manera sea una simple visita a mi madre.

—Déjame corregirte, cariño. No es cualquier visita —increpó aplaudiendo chiquito—. Vas a presentarme a mi suegra. ¿Entiendes la magnitud de eso? Mi suegra, la futura abuela de mis hijos.

—Estás demente, desde ya te lo digo.

—¿Yo, demente? —señalándole con fingida indignación—. ¿Quién fue el que decidió quedarse para soportarme? Eso cariño, sí es estar demente.

Jungkook renegó sonriendo mientras maniobraba el coche deteniéndolo delante de una linda casa en color blanco. La reja de la cochera en color negro se abría lentamente, dejando ver al otro lado a una hermosa mujer esperando por sus invitados. Toda ella era muy bonita, el porte elegante y distintivo le representaba en ese delicado blusón holgado color azul marino acompañado de una mascada en color rojo vino sobre su cuello. Ante sus ojos, bien podría ser confundida con una actriz importante. La forma de su sonrisa era la misma que su hijo regalaba cada vez que sonreía de esa manera tan encantadora. Ahora entendía porque Jungkook era tan agraciado, su madre le había compartido demasiado de esos bellos genes.

—Bueno, cariño déjame abrir la puerta para ti.

Taehyung no dijo más. Solo se permitió disfrutar de ese día cómo algo único e inigualable. Nunca había sido presentando cómo la pareja de alguien y tampoco había tenido una experiencia cómo esa. Su primera vez en algo que no tenía que ver con lo artístico, era con Jungkook. Estaba entrando en la intimidad de su hogar, en la calidez de su familia.