The Bodyguard [Kookv]

4.- Tonto.

—Entonces, Jeon Jungkook... —añadió sigilosamente, acercándose a su rostro y tomando entre sus manos el cuello de la camisa que cubría el cuerpo del guardaespaldas, acariciando su pecho lentamente y mordiendo su labio inferior con sensualidad—. Déjame ver si entendí bien, parásito... Estás diciendo qué, ¿Tu obedecerás si yo lo pido por favor?

Sus miradas se encontraron unos segundos mientras Jungkook intentaba mantener la calma, analizando cada uno de sus movimientos. Desde el sutil mordisco de esos labios, hasta las miradas coquetas que ese niño intentaba darle. Repitiéndose internamente que solo necesitaba paciencia... Solo eso.

—Así es, siempre que use la palabra mágica y sea amable. Haré lo que usted me pida.

Jungkook no comprendía la magnitud de lo que estaba diciendo, le estaba abriendo las puertas a Taehyung para hacer sus banalidades. Prácticamente le estaba despejando el camino para que hiciera lo que quisiera. Y es que Taehyung estaba seguro que disfrutaría hacerlo caer... todos lo hacían.

—Entonces... Bésame—murmuró tan cerca de sus labios, mirándolos siendo relamidos por su lengua tan rosada y brillante. Taehyung no sabía que mirar ese sutil movimiento iba a provocar un cosquilleo en su estómago que le estaba antojando en demasía esos labios—. Bésame, por favor.

Observar a Taehyung acercarse tan peligrosamente a su boca, lo hizo actuar por impulso. Tomándolo de su cintura para levantarlo del suelo y ponerlo sobre el tocador, quedando entre sus piernas viendo como él abrió los ojos por la impresión de lo sucedido.

—¿Cree que soy tan idiota para caer en su juego? —recriminó un tanto molesto por su inmadura actitud, apretando su pelvis contra la de él involuntariamente—. ¿Quiere que lo bese para qué? ¿Para qué después me denuncie y diga que fui yo quién intentó propasarse con la estrella en ascenso?

Las manos de Taehyung tomaron los hombros de Jungkook por simple inercia de mantenerlo alejado, no sabía que él se enojaría de esa manera. Tal vez el juego estaba saliendo mejor de lo que esperaba, así que su diablito interior no desaprovechó la oportunidad. Con un movimiento rápido sus piernas apresaron la cintura de ese hombre dándose cuenta que era muy pequeña, perfecta para enredarse en ella. Sonriendo autosuficiente y con un dejo de burla añadió.

—¿Quién dijo que quiero denunciarte? —ladeó el rostro lleno de diversión sin aminorar la presión de sus piernas—. Solo quiero que te vayas y me dejes en paz. No necesito un jodido niñero y si tengo que hacer un maldito drama para que te largues, lo haré.

Soberbio volvió a apretar esa cintura, acercándolo un poco más. Poniendo realmente incomodo al guardaespaldas.

—Suélteme.

—¿Y si no quiero? —sonrió triunfante agarrando esos hombros con suavidad, casi retándolo mostrando un puchero con fingida tristeza—. ¿Qué harás? ¿Vas a llorar? ¿Le dirás a NamJoon lo mal que te trata tu jefe?