6 - Te quería ver ¿bueno?

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— A ver, a ver…

— ¿Qué hacés? ¿Todo bien? Jugaste re bien che. — Santi elogioaba a Noah, poniendo su brazo encima de su hombro.

— A ver… loco. ¿Qué hacés acá?

— ¿Te molesta?

— No. Sí. A ver… vos-… ¡Dios! — Noah se tomó un momento para poder modular bien las palabras que iba a decir. — Una pregunta simple… ¡¿qué hacés acá?!

— Bueno… Es que… ¡No sé! ¿Bueno? Te quería ver y ya está… y justo está tarde te ví con otro chico… y te seguí y bueno.

Se hizo un breve silencio.

— Acosador.

— ¿Qué decís? Encima que te vengo a ver.

Noah suspiró, apretando sus cachetes.

— Bueno, ya está. Gracias por venir a verme. Aunque por tu culpa me pegaron tremendo remate en la cara.

Santi se rió, quedándose casi sin aire.

— ¡Fué buenísimo! Te voy a ir a ver más seguido.

— Claro, reíte no más. Si algún día te pasa ya no te vas a reír.

— No, no creo. Ni siquiera sabía que era el voley. Había una viejita que fué a ver a su nieto… me hizo charla y ahora sé alguito — Santi hizo gesto de logro.

Noah lo miraba orgulloso, creyendo que Santi podría ser un buen jugador de voley.

— Bueno, me debes un helado.

— ¿Helado? ¿Qué flasheas?

— Si. — Noah sé paró enfrente de Santi con determinación.

— Bueno, está bien.

El rubio miró al pelinegro confundido.

— Te veo con otras vibras…

— ¿O sea cómo?

— No sé, como que estás más feliz…

Santi se quedó en silencio, dándose cuenta de que Noah tenía razón, se sentía de muy buen humor, nunca antes le había pasado algo así.

— ¿Cómo es tu cara sin la gorra y la capucha?

— Estás en pedo.

— ¡Dale! ¡Siempre andás cubrierto como criminal! Bueno, técnicamente lo sos, ¿no?

— La policía sabe que hay alguien haciendo estas cosas, pero no sabe quién es así que, está todo bien básicamente.

Noah miró a Santi con ojos de súplica, como si estuviera esperando una respuesta. Santi suspiró mientras se quitaba la capucha y la gorra.

— ¡Eh, sos un basta sos re lindo!

— ¿Qué? ¿Que es eso?

— Así le dicen a los que tienen el pelo como vos.

— ¿Cómo lo tengo?

— Como emo.

— No me digas emo, puto.

— Tu viejo.

Noah y Santi siempre conectaban al instante que se encontraban, parecían dos nenes chiquitos. Pero ambos sabían que tarde o temprano alguno se iba a morir por estos encuentros.

Santi acompañó a Noah a su casa, por segunda vez, la cuál supuestamente nunca iba a pasar.

— Che, Noah.

Lo que ví en tí • (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora