— A ver, a ver…
— ¿Qué hacés? ¿Todo bien? Jugaste re bien che. — Santi elogioaba a Noah, poniendo su brazo encima de su hombro.
— A ver… loco. ¿Qué hacés acá?
— ¿Te molesta?
— No. Sí. A ver… vos-… ¡Dios! — Noah se tomó un momento para poder modular bien las palabras que iba a decir. — Una pregunta simple… ¡¿qué hacés acá?!
— Bueno… Es que… ¡No sé! ¿Bueno? Te quería ver y ya está… y justo está tarde te ví con otro chico… y te seguí y bueno.
Se hizo un breve silencio.
— Acosador.
— ¿Qué decís? Encima que te vengo a ver.
Noah suspiró, apretando sus cachetes.
— Bueno, ya está. Gracias por venir a verme. Aunque por tu culpa me pegaron tremendo remate en la cara.
Santi se rió, quedándose casi sin aire.
— ¡Fué buenísimo! Te voy a ir a ver más seguido.
— Claro, reíte no más. Si algún día te pasa ya no te vas a reír.
— No, no creo. Ni siquiera sabía que era el voley. Había una viejita que fué a ver a su nieto… me hizo charla y ahora sé alguito — Santi hizo gesto de logro.
Noah lo miraba orgulloso, creyendo que Santi podría ser un buen jugador de voley.
— Bueno, me debes un helado.
— ¿Helado? ¿Qué flasheas?
— Si. — Noah sé paró enfrente de Santi con determinación.
— Bueno, está bien.
El rubio miró al pelinegro confundido.
— Te veo con otras vibras…
— ¿O sea cómo?
— No sé, como que estás más feliz…
Santi se quedó en silencio, dándose cuenta de que Noah tenía razón, se sentía de muy buen humor, nunca antes le había pasado algo así.
— ¿Cómo es tu cara sin la gorra y la capucha?
— Estás en pedo.
— ¡Dale! ¡Siempre andás cubrierto como criminal! Bueno, técnicamente lo sos, ¿no?
— La policía sabe que hay alguien haciendo estas cosas, pero no sabe quién es así que, está todo bien básicamente.
Noah miró a Santi con ojos de súplica, como si estuviera esperando una respuesta. Santi suspiró mientras se quitaba la capucha y la gorra.
— ¡Eh, sos un basta sos re lindo!
— ¿Qué? ¿Que es eso?
— Así le dicen a los que tienen el pelo como vos.
— ¿Cómo lo tengo?
— Como emo.
— No me digas emo, puto.
— Tu viejo.
Noah y Santi siempre conectaban al instante que se encontraban, parecían dos nenes chiquitos. Pero ambos sabían que tarde o temprano alguno se iba a morir por estos encuentros.
Santi acompañó a Noah a su casa, por segunda vez, la cuál supuestamente nunca iba a pasar.
— Che, Noah.
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Lo que ví en tí • (BL)
Lãng mạnSanti, pibe pelo negro, único líder del Barrio Gólpez, dónde ocurren las peleas más sangrientas de toda Salpa la hermosa. Noah, un pibe rubio, universitario, aunque es de baja estatura es jugador de voley, jugando en la posición de rematador. ¿Que t...