8 - Te ví en otro lado...

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— Disculpa, yo a vos te ví en otro lado… o te escuché… — Una voz que ya escuchó antes, en el peor cagazo de su vida.

Se le erizó la piel, y se quedó helado.

— Creo que… estás errado, capaz que me viste por la calle… — Noah intentó cambiar su tono de voz a uno más agudo, sin voltearse, o de lo contrario la persona reconocería su rostro.

— Puede ser… Si, capaz que me erré… Disculpá, buenas noches — la persona dió la vuelta y retomó su camino.

— ¡B-Buenas… — quiso terminar, pero el sonido de una ventana abrirse lo alarmó.

Era Santi, gritando desde su departamento.

— ¿Noah? ¿Qué hacés que no subís? — al ver quién era la persona se dió cuenta que cometió un error.

— ¿San… tiago?

— Tomás… la concha de… — Santi no pudo terminar de insultar, Tomás agarró a Noah, apuntando una navaja en su cuello.

— ¡Santiago, bajá!

— ¡Noah!

— ¡Bajá, Santiago! ¡¿O querés ver cómo cumplo lo que vos no cumpliste?!

— ¡¡Y-Ya voy, ya voy!! ¡Pero no le hagas nada!

Noah tenía miedo, no sabía que hacer, estaba totalmente tieso.

Hasta que Tomás rompió el silencio, susurrando en su oído.

— Escúchame… ¿Acaso a vos te gusta Santiago? — Un rubor apareció repentinamente en las mejillas de Noah.

— ¿Ah? — se sorprendió ante la pregunta.

— ¡Que si te gusta Santiago! — Tomás hizo presión en la navaja.

— ¡Agh! ¡No!

— ¿Seguro? — Tomás jadeó, su voz se escuchaba llena de rabia. — Mira que si me mentís la navaja no solo te va a entrar al cuello…

Noah tragó saliva.

— M-Mira… No es necesario llegar a estos extre… — Tomás calló a Noah, poniendo una mano en su boca.

— ¡Callate! ¡Callate, callate, callate! ¡Vos no entendés nada! ¡No me entendés! ¡No sabés lo que es estar en mi piel!

Noah comenzó a sentir la presión de la piel de sus manos en su cuello. Lo estaba ahorcando.

— Che… p-para…

— ¡No voy a parar! ¡Santiago se viene conmigo!

En eso, Santi salió del edificio, corriendo hacia donde Tomás estaba ahorcando a Noah.

— ¡Para, boludo! — Santi le gritó a Tomás.

— ¡No!

— ¡Estás haciendo quilombo, la yuta viene en cualquier momento!

— No me importa… si es por mí, te voy a hundir conmigo, Santiago. Si la pena es la muerte, ¡vamos a morir juntos! ¡¿Me escuchaste?!

— Escúchame… — Santi comenzó a sudar. Tomás lo descubrió, Noah está en peligro, y en cualquier momento podrían llegar patrullas. Estaba desesperado. — Soltalo…

— ¿Qué?

— ¡Solta a Noah!

— ¡No lo voy a soltar! ¡Preferiste quedarte con este yankee que conmigo! ¡Ahora venís conmigo o los tres caemos!

Entre tantas discusiones y gritos, Noah cayó el suelo…

— ¡N-Noah! ¡Sos un forro de mierda! — gritó, enojado, con rabia en sus ojos y en todos sus sentidos, dirigiéndose a Tomás. Mientras se tiraba al suelo, sosteniendo el cuerpo de Noah.

— ¿Yo? ¡Vos sos el que se fué sin más!

— ¡Era porque me tenías harto!

— ¡¿Te tenía harto?! ¡¿Qué te costaba decírmelo a la cara en vez de huir como un cagón?!

Santi se levantó, empujando a Tomás al piso.

— ¡Dame esa navaja, culo roto!

— ¡No, ni en pedo! ¡Si te la doy, te la voy a dar en el cuello de tu novio!

Santi logró quitarle la navaja, intentando clavarsela en el cuello a Tomás. Él solo intentaba retenerlo.

— ¡Te voy a cortar el cuello, hijo de puta! ¡A ver si así te callas! — lágrimas aparecieron en los ojos de ambos.

— Te queda mejor estar sin gorra ni capucha… Santi. — confesó, mientras una lágrima recorría su mejilla, mojando el piso.

— Te odio, Tomás. Dejá de resistirte…

— No, no sos capaz. ¡No sos capaz! ¡No pudiste matar a tu novio y menos me vas a poder matar a mí! ¡Maricón!

Ambos estaban jadeando, cuando Santi clavó el cuchillo.

Él estaba sorprendido de lo que hizo, se movió por instinto y lágrimas desprendieron de sus ojos, mojando la cara de Tomás.

— Si no hubiera movido mi cuello, me habrías matado, ¿no? — La voz de Tomás comenzó a quebrarse.

— Sos un… forro… de mierda…

De repente se escucharon sonidos de una patrulla de policías. Santi se alarmó, mientras Tomás permanecía en el suelo, tranquilo.

Santi corrió hacia el cuerpo inconsciente de Noah, cargándolo, por  mucho que le costara.

— ¿Y yo? — preguntó Tomás mientras bromeaba.

— ¡¿Te parece que quiero pensar en vos en estos momentos?!

— Bueno, imagínate que me dejas acá y me dejan en cana. ¿Qué te garantiza que no voy a revelarles tu cara? ¿O meter a Noah en el asunto?

Santi se enojó, realmente quería golpearlo, pero sería una pérdida de tiempo. Además, tenía razón, esa discusión de hace rato no le benefició en nada.

— No te voy a cargar. — dijo Santi mientras comenzaba a correr, en una dirección al azar.

— ¿Y a dónde te pensas que vamos a ir, genio? — preguntó Tomás mientras corría al lado de Santi.

— ¡Qué se yo! ¡A escondernos!

— S-Santi…

— ¡¿N-Noah?! — Santi bajó a Noah, apoyándolo en el piso, para darle la oportunidad de hablar.

— V-vamos… a la casa de… d-de…

— ¿De quién? N-no te apures, Noah…

— Sofía…

Noah volvió a desmayarse.

— ¿Y quién chota es Sofía? — preguntó Tomás.

°•°

No way, el próximo está más picante 🏃

Agarrense porque se viene

Otra vez leanse el fic de Cabs_Coffee porque si no fuera por él habría cancelado está historia hace 4 capitulos 🤧🫂

Nada eso, chau que les vaya bien

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⏰ Última actualización: Mar 01 ⏰

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