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Mind esperaba sentada en la cama de Tee, ella dijo que la esperara, que solo iría a comprar algunas cosas, cuando comenzaron a tocar la puerta.

La pelinegra se puso de pie y caminó con timidez a la salida, seguro Tee se había olvidado las llaves y si no le abría, se molestaría.

La abrió con la mirada baja y al levantarla, vio a Nam delante de ella, iba a sonreír aliviada por verla, pero la mayor se adelantó y la abrazó tan sorpresivamente, pudo escuchar el ligero jadeo que soltaba de su boca, como si hubiera corrido.

—Estás bien...— pronunció Nam sin separarse.

—Nam...— respondió por lo bajo, no sabía lo que está pasando.

—Dime — la pelinegra tomó su mejilla, buscando al menos una herida o alguna señal de que a sido lastimada — ¿En serio estás bien? ¿No te pasó nada?

—E-estoy bien...— respondió nerviosa por su cercanía.

—¿Por qué estabas aquí? ¿Tee te obligó? — preguntó preocupada.

—N-no...— estaba dudosa — No me obligó...no — negó.

—Mind — tomó sus hombros — Solo dime, ¿Tú querías estar aquí? — Mind bajó la mirada, negando lentamente — Entonces te obligó — pronunció seriamente — Vámonos, te llevaré a casa, tú familia está muy preocupada.

—Está bien...— respondió Mind, pero su mirada se volvió a una de temor cuando miró a las espaldas de Nam, Tee la miraba a ella.

—¿A dónde la llevas? — Tee comenzó a acercarse a pasos tranquilos y lentos, tenía unas latas de cerveza en una mano.

Nam la miró desafiante y sin responderle, tomó la mano de Mind y comenzó a guiarla a su auto, para la preocupación de menor, Tee tomó su otra mano, deteniéndola.

Ambas mayores cruzaron miradas y Tee atrajo a Mind a ella, la sujetaba de la cintura de manera posesiva y sin cuidado, Mind se notaba incómoda, Tee solo miraba a Nam con una sonrisa burlesca, haciéndole entender que Mind solo era de ella.

Pero Nam también sonrió, creo que era hora de darle una lección, una que tanto habría querido darle desde un comienzo.

Sí, como dice Mind, la violencia no es buena, pero había algunas personas que se lo merecían, y Tee era una de ellas.

—Mind — pronunció Nam y ella la observó — ¿Puedes subir al auto y encender la radio? Súbele todo el volumen que puedas — le habló con cariño — Y espérame allí, ¿Sí? Iré en cinco minutos — la menor bajó la mirada a su cintura, haciéndole saber que no podía aunque quisiera — Oh, espera — Tee soltó a Mind para defenderse cuando vio a Nam ir contra ella y sujetarla de su camisa.

—¿Te recuerdo cómo quedaste la primera vez que trataste de defenderla? — advirtió Tee.

—Sí — sonrió con burla — Terminé llevándome a Mind conmigo — la empujó al suelo, miró a Mind y le señaló el auto mientras ella se quitaba su chaqueta de cuero.

Mind asintió y corrió al auto, ya dentro, encendió la radio y subió casi todo el volumen.

Giró dudosa a verlas pero regresó la mirada rápidamente al frente cuando las encontró peleando, y por lo poco que había visto, Nam era quien ganaba ahora.

Mind había llegado a salvo a casa, se despidió solo con un gesto dudoso de Nam, solo quería ir a abrazarla y curar sus pequeñas heridas como agradecimiento, pero Yuki estaba con ellas y le daba vergüenza.

Nam saludó tímidamente con su mano, y también dudosa, subió a su auto, las observó entrar a casa y por fin puso su cara de dolor.

—¡Ash! ¡Esto duele! — se veía las heridas de su cara en el espejo retrovisor — Esa idiota — recordó a Tee — Te gané por suerte pero te gané.

Lovesick Girls - Adaptación [FreenBecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora