Lovesick Girls - Adaptación [FreenBecky]

19

Freen alistaba su maleta para su viaje a Nueva York, su padre le había avisado hace minutos que tenía unos negocios allá y ella aceptó en acompañarlo, sería genial una fotos para el Instagram.

—Hija, ¿Estás lista? — su padre preguntó detrás de la puerta.

—Sí, las maletas están sobre mi cama — respondió abriendo la puerta y dejando pasar a los sirvientes para que llevaran el equipaje al auto — ¿Desayunamos primero?

—Sí, hoy Beer preparó un gran desayuno.

En la casa Armstrong la situación era casi la misma, Becky había hablado sobre la situación con su familia y ellos supieron comprender.

Ahora Lisa metía su ropa en su mochila y sus únicos juguetes en una pequeña bolsa, oh, casi se olvida de su cuaderno de dibujos.

Su madre también ya estaba lista, aún le parecía algo extraño en irse a vivir por un tiempo en la casa Chankimha, pero así estaba en el contrato, no entendía porque su jefe quería que su hija conviviera solo con Becky.

—¿Tendré mi propio cuarto? — Lisa era la más emocionada.

—Según lo que sé, sí — sonrió — tendrás tu propio cuarto.

—¡Genial! Por fin podré estirarme, tú pateas mucho — Becky la miró ofendida y ambas rieron.

—Solo no te acostumbres, ¿Sí? — se inclinó a su altura — tómalo como unas vacaciones, hacemos esto por nuestra casa, no quisiera que te conviertas como esa chica mimada que va a venir aquí.

—Entendido — asintió alegre — son vacaciones.

—Ya estamos listas — se acercó su madre — ¿Estás segura que no los vamos a incomodar? — preguntó preocupada — Ellos son de otra clase social, no creo que...

—Mamá — interrumpió — El señor Chankimha es una buena persona, no dejaría que algún tonto les faltara el respeto, solo es por un tiempo y pronto volverán a nuestro hogar, ¿Sí? — su madre asintió con tristeza — Ven — Becky fue a abrazarla — Te amo, mamá.

—También te amo — respondió.

—¿Y yo estoy pintada? — Lisa se cruzó de brazos y ambas rieron.

—Ven aquí, enana — Becky la cargó en un abrazo. La bocina les dio aviso que el auto ya había llegado, era hora de irse — Vayan, yo tengo que esperar a Freen.

Madre e hija salieron, cuando Lisa regresó corriendo y pronunció:

—No te dejes mandar por esa chica, y si te pega, dale con el bate que dejé bajó la cama — decía enojada — Bye — salió corriendo.

Lisa junto a su madre subieron a la limosina, atrayendo la curiosidad de todos sus vecinos, ¿Qué estaba pasando?

Su familia se despidió por la ventana y ella les sonrió, verlas marcharse, sabía que podría ir a verlas pero eso no quita que extrañaría tenerlas allí.

En el momento que la limosina desapareció de su vista, un mensaje de su jefe llegó, avisándole de la llegada de su hija a solo la vuelta del vecindario.

Freen miraba extrañada el vecindario, comenzando a temer y teniendo una idea que era bastante tonta.

—Llegamos — pronunció el señor Chankimha — ya estamos en Nueva York.

Esperaba que su hija no haga ningún escándalo.

—¿Qué? — lo miro con confusión.

—Baja, estas son tus vacaciones — Freen palideció cuando escucho esas palabras salir de la boca de su padre.