Capítulo 5

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~Hace 14 años~

El Emperador decretó que todos los omegas de los 9 reinos que están dentro de su mandato serán libres de elegir si quieren casarse o no. Ningún omega podrá ser forzado a estar con un alfa que su lobo no desee o ame con fervor. También hombres o mujeres omegas siendo primogénitos de la realeza tendrán permitido ser herederos a la corona tanto de Reinos como de todo el Imperio.

Este decreto se hizo cuando el príncipe Dan cumplió 5 años y se desarrolló como omega dominante.

Desde ese momento el Emperador y la Emperatriz hicieron todo lo que estuviera en su poder para favorecer a su hijo.

Omegas pertenecientes a la nobleza y realeza se sentían dichosos de al fin poder tomar decisiones en sus propias vidas, alababan con devoción al Emperador Caesar.

Pero como todo lo bueno...del decreto que realizó el Emperador nació odio por parte de alfas controladores y posesivos hacia el príncipe corazón de hielo como lo conocen algunos, se dice que es el único ser viviente que con su nacimiento desafió a la Diosa Luna al cambiar la jerarquía de control hacia los omegas.




~~Hace 4 años~~

Choi Heesung alfa dominante de origen desconocido, pero con un destacable desempeño con la espada y brindar protección a la realeza.
Fue asignado por el Emperador Guardia real de la habitación del príncipe Dan.

—Me es afable conocerlo al fin su majestad. —reverencio con una sonrisa Heesung.

—Opinó igual, me gustaría que no seamos tan formales ya que estoy a tu cuidado. Puedes decirme Dan. —dijo con un leve sonrojo, pues el alfa que tenía en frente era muy musculoso y hermoso.

—Como desees Dan. —respondió—. Te traje un presente, espero sea de tu agrado. —dijo al entregarle una pequeña caja de regalo de color rojo.

—¿Qué es? —cuestionó emocionado, abriendo la caja—. ¡Wow que hermoso! ¡Me encanta! —exclamó sonriente el omega.

Dentro de la caja de color rojo se encontraba un carrusel musical con pequeños caballos rosados, adornado con flores, lazos en color morado y rosado.

Realmente le encantaba con demasía.

—Me alegro que le haya gustado. —expresó sonriendo mientras veía al castaño—. El carruaje tiene detalles hermosos, por que la personalice para usted.

—Realmente es hermosa. —sonrío—. Pero ya no me hables de usted. ¿Acaso parezco mayor? —hizo un mohín.

—Para nada Dan, aun eres muy joven y lindo. Todo un príncipe.

—Ahm... s-si tu también eres lindo. —soltó sin pensar con nervioso con un leve sonrojo—. ehm... tengo que explicarte tus obligaciones.

El omega se giro para que no notara su sonrojo que estaba en aumento por lo que dijo el contrario.

—Es muy amable de tu parte Dan —el alfa no podía evitar pensar que ese pequeño omega con mejillas sonrojadas era tan lindo.

Pasaron los días y el castaño siempre buscaba alguna razón para estar cerca del alfa, se hicieron tan cercanos que siempre al llegar el anochecer caminaban cerca de un jardín al que no todos tenían acceso.

—¿Dan, que tienes? Dan... Dan despierta. —dio palmaditas en su cara, se había desmayado en medio de sus habituales caminatas.

—agh ahh ah Alfa te necesito —jadeaba mientras sus ojos se tornaban azules dando inicio a su primer celó.

—Dan acabas de entrar en celó, estarás bien. Solo resiste. —levantó al omega que estaba en el suelo y llevo a su habitación para recostarlo en la gran cama—. Iré a buscar a las damas, quédate aquí.

El Harem del Omega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora