Capítulo 7

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—Dame tu mano.

El contrario obedeció con los ojos en blanco por la presión que provenía de su miembro.

—Siente que tan profundo estás dentro de mi.

El alfa se sonrojo al sentir un bulto en el estómago del omega, se podía notar con claridad la forma de su miembro mientras entraba y salía con fuerza.

—Majestad... se siente bien, p-pero no creo que pueda aguantar más.

Dooshik acabo a chorros en el interior del omega.

—Eres un alfa muy malo, tu resistencia es pésima. —se acercó a sus labios—. Yo te enseñaré. —besándolo.



[...]



—¿Estas seguro de que estas bien? Te ves extraño desde que volviste del anexo. —comentó Helbert.

—Y-yo yo... —cubrió su rostro para disimular el sonrojo que tenía. —No te preocupes, estoy bien.

Ya había pasado una semana desde lo ocurrido y durante 7 días el alfa estuvo sumido por el deseo, su celó terminó al 5to día. Pero no pudo evitar no querer salir del interior apretado del omega, así que como este no quería dejar de brincar encima de su miembro, realmente fueron días de mucho estímulo y práctica. Pues el alfa no dejaba de correrse apenas sentía el agujero rosado del castaño.

Todo aún parecía un sueño, tenía que evitar quedarse pensado todo el tiempo en el omega. Sin embargo, era imposible pues fue su primera vez.


[...]


Un omega se movía levemente en la gran cama despertándose con una pequeña sonrisa de lado, la había pasado tan bien con ese alfa.

De cierta forma se encontraba feliz y satisfecho, algo que hace mucho no se reflejaba en su rostro.

Como todos los días las damas prepararon su baño y lo ayudaron a bañarse, pues a pesar de la maravillosa semana que tuvo donde sació su sed sexual. Su entrada y piernas aún estaban débiles, causadas por tanta acción sin descanso.

Eligió un vestido color blanco sin mangas, con tiras negras que se expandía de forma cruzada a su cintura formando un lazo, era tallado al cuerpo en la parte de arriba y grande en la parte baja con capas finas adornadas con flores del mismo color que el vestido.

Este se lo había regalado Helbert como forma de agradecimiento por permitirle ser parte de su harem, el vestido poseía tela hermosa importada de muy lejos, es por ello que llegó tarde dicho día.

—Su majestad le queda hermoso

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—Su majestad le queda hermoso. —dijo muy sonriente Minju.

—Se ve magnífico su majestad. —expresó Hee-Soo.

—Lo sé, la tela se siente increíble. Tan suave. —mirándose al espejo—. Vamos al Harem quiero desayunar con mis alfas. —dijo saliendo de la habitación con estos atrás de el.



El Harem del Omega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora