My Succubus [Katsudeku,Fem]

Capítulo 3

Katsuki había aceptado pero justo ahora se preguntaba lograría cumplirlo, sus manos acomodan la corbata del uniforme, hace un nudo mientras eleva la punta de la tela y la ubica por debajo. Suspira pesado luego de tomar su mochila, toma el pomo de la puerta para salir.

Camina por los pasillos llenos de otros alumnos con una meta en común, ser héroe profesional, su orgullo es bastante y cree que todos son inferiores a él pero acepta que sus compañeros de clases son una buena competencia. Llega al salón y toma asiento en su pupitre que está cerca de las ventanas, ve como los demás entran y se acomodan igualmente, su mirada viaja buscando a la mujer que la noche pasada le había provocado un doloroso placer, no la encuentra y empieza ha creer que todo fue un sueño.

El maestro entra, un hombre con un extravagante peinado en su cabello rubio que le hace ver como una cacatúa, da los temas ha estudiar y el aula se llena de silencio que es solamente interrumpido por los sonidos que hacen los lápices al ponerlos en las mesas.
Se concentra al igual que ellos y toma su lapicero para escribir, antes que la tinta escriba en la hoja un escalofrío recorre toda su espalda, mira confundido hasta el lugar donde ahora un suave y cálido aliento pega. Izuku se encontraba arrodillada debajo de la mesa con su pequeña mano en su polla, levanta su vista para observar a todos esperando que nadie la haya visto.

-No te preocupes, nadie puede verme- susurra suavemente, en sus ojos se puede notar la lujuria que recorre su cuerpo, acerca sus labios hasta el suave glande para dejar un viscoso beso en la punta- Delicioso, tu sabor es delicioso.

Aunque no acepte esas indecorosas muestras, Katsuki no puede evitar excitarse ante tal imagen, las manos de la mujer toman sus muslos para mantenerlos abiertos lo más que el pequeño espacio les de lugar, acaricia la carne con las puntas de sus uñas provocando olas de escalofríos y espasmos por todo el cuerpo del chico que terminan en la polla orgullosamente elevada. Besa, lame y chupa toda la extensión con ímpetu haciendo obscenos sonidos que por un momento Katsuki cree que todos lo escuchan, desliza la mano para tomar el cabello verdoso y alejarlo.

-Quizás no te vean a ti pero a mí me verán la polla al aíre- su ceño se frunce con enojo cuando escucha la burlona risa que da la chica- Vete.

Ella niega para empujar la mano de Katsuki y seguir con su tarea, calentar al chico hasta que sólo le quedé de opción pedirle sexo. Respira por su nariz para engullirse toda la carne hasta el fondo de su garganta, los vellos rozan su nariz provocandole un cosquilleo que va directo a su coño, no es indiferente al placer que cualquier acto sexual le pueda dar.

-Mierda- siente como una de sus manos empujan su rostro hasta la base donde se ahoga con la gruesa polla, el salado esperma llena su boca haciéndola tragar cada corto chorro del líquido hasta llegar a su estómago.

-Gracias por la energía cariño.

Luego de burlarse un rato de su joven presa, decide explorar un poco el gran edificio. Tener suficiente energía le da la fuerza suficiente para materializarse físicamente y poder sentir todas las sensaciones que ese nuevo mundo le quiera regalar. Llega hasta lo que parece ser la azotea del lugar, se asesora que no haya nadie en el lugar y cuando ve el lugar vacío se materializa, su cuerpo desnudo hace presencia siendo recibido por una fuerte brisa que remueve su corta cabellera, sus pies tocan el frío del cemento y mueve sus dedos para sentir las pequeñas piedrecillas que se desprenden, con un movimiento hace aparecer un simple conjunto de vestidillo de ondas rojizas, que llegan hasta sus rodillas, la tela se transparente gracias a los rayos del sol.

Camina hasta el borde de la azotea y se sienta para sacar de su pecho un aparatejo de comunicación, menciona el nombre de su mejor amiga y ella rápidamente se materializa en el objeto.

-Hola querida, ¿cómo te está hiyendo?- pregunta la hechicera, sus manos cargan una taza de té humeante.

-Muy bien Ury, fue un gran reto hacerlo sucumbir pero ya sabes, nada que la poderosa Izuku no pueda hacerlo- las dos ríen con dulzura para luego seguir hablando para ponerse al día, apenas se habían visto ayer pero sentían que fue toda una eternidad.

Se despiden luego de haber pasado unos treinta minutos hablando, esconde nuevamente el artilugio en su pecho. Sonríe sintiendo su presencia detrás suyo, los pasos se detienen justo detrás de ella.

-Sabía que no era una ilusión.

-En todos tus versiones siempre eres tan inteligente, Shoto.