Un día me viste sin vida, intenté calmarte con una sonrisa, pero tú ya habías aprendido a leer mis ojos.
Intentaste encontrar una explicación para mi estado de ánimo y mi silencio no ayudaba, ¿pero cómo te explicaba que me habían matado? ¿Cómo te decía que tenía una herida interna, un hueco en el pecho donde habían disparado a mi corazón y lo dejaron desangrarse hasta morir?
Dijiste que mi sonrisa nadie me la debería quitar, y puse una falsa; porque no me robaron la sonrisa, me robaron el corazón.
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¿366 formas para recordarte?
Teen FictionTe invito a entrar, la mesa está puesta; disfrútala y relájate en este espacio de mi mente.