Capítulo 5

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"BÚSCAME EN EL ATARDECER MÁS HERMOSO"

CAPÍTULO 5

Y mis ojos, los cuales estaban aguados de emoción, se quedaron inmóviles, al igual que mi corazón, al encontrarme con la escena más dolorosa de mi vida. Marcelo estaba en el piso haciendo el amor con una mujer, quien le apretaba la espalda llena de deseo. Y yo, me morí en ese instante.

JULIA- ¡Marcelo!

Al pronunciar su nombre, la chica abrió los ojos y me miró sin sorprenderse. Mientras Marcelo giró y de inmediato trató de incorporarse.

MARCELO- ¡Julia!

¿Qué haces cuando descubres que el amor de tu vida te engaña? Siempre me lo pregunté. Y cuando me planteaba la situación, la cual era completamente irreal e impensable para mí, imaginaba que en ese momento estaría entera y segura de mí misma para tomar de los pelos a la amante y terminar en un segundo con el patán.

Pero estaba completamente equivocada, porque eso que mis ojos habían visto, me había roto en pedazos y no tenía fuerzas para todo lo que había dicho.

Me quedé inmóvil por un momento, mientras Marcelo trataba de ponerse la ropa al mismo tiempo que "me explicaba".

MARCELO- Julia, mi amor. ¿Qué haces aquí? No te esperaba. Te voy a explicar lo que pasó, no es lo que tú crees...

De pronto, sentí un golpe de adrenalina, me di la media vuelta y salí corriendo de ahí.

JULIA- No quiero saber nada.

Quería desaparecer, esconderme y que nunca nadie más me viera.

Salí del edificio y corrí lo más rápido que pude, hasta llegar a nuestro "nido de amor" la casa que había comprado para nosotros, para esa familia que estaba pendiendo de un hilo.

Llegué a la casa y para mi sorpresa, Marcelo ya se encontraba ahí, su carro y él habían sido mucho más rápidos que yo. Él estaba sentado en la cama, con los codos recargados en sus muslos, tomándose la cabeza.

MARCELO- Julia, tenemos que hablar.

Esas calles corridas me habían llenado de coraje y entonces, saqué todo mi dolor y furia.

JULIA- ¿Tenemos que hablar? ¿De qué? ¿Qué me vas a explicar? ¿Cómo es que te acuestas con tu amante cuando no estoy? ¿Eso es lo que quieres explicar?

Él se levantó y caminó hacia mí.

MARCELO- Así no son las cosas. Julia, yo te amo, te amo desde...

Entonces lo interrumpí.

JULIA- ¿Quién es? ¿Desde cuándo la vez?

MARCELO- No hagas esto, no es necesario.

JULIA- Quiero que me lo digas. Tengo derecho a saber.

Aquella chica no se había sorprendido al verme, por lo tanto, tenía que ser alguien que estuviera de acuerdo con esos encuentros y que no exigiera algo más serio.

Estaba parada, temblando, esperando una respuesta. Cuando dijo...

MARCELO- Ella es Luccia.

Y sentí un disparo más, en el corazón. Ella era su exnovia, la chica que lo incitó a tomar fotos de mujeres desnudas.

JULIA- ¿Qué? Pero... tu relación con ella terminó hace muchos años. ¿Cómo fue que la...

Y por su mirada lo entendí todo. Nunca la había dejado de ver. Todo ese tiempo había sido su amante. La información comenzó a llegar en torrentes a mi cabeza y ahora todo tenía sentido.

JULIA- ¡Soy una estúpida! ¿Cómo no lo entendí antes? Los viajes a Roma "de negocios" "el estudio nuevo y sagrado" al que no tengo acceso...

Estaba descontrolada.

MARCELO- Julia, cálmate, por favor. ¡Yo te amo a ti! ¡Entiéndelo!

JULIA- ¿Me amas? ¿En serio me amas, Marcelo?

Y ya no pude más, me quebré en llanto.

JULIA- Dijiste que me amabas, que no hacías el amor con nadie más. ¡Soy tu esposa! ¡Íbamos a formar una familia! Dijiste que era tu todo, éramos todo, Marcelo.

MARCELO- Claro que te amo. Tienes que entender que lo pasó con Luccia no es nada importante. Tú eres mi esposa, con quien quiero formar una familia. Y mi relación con ella, es únicamente... sexo. No la amo.

¡Dios mío! ¡Estaba confesando que tenían una relación!

JULIA- ¡¿Qué?! ¡¿Entonces, ella está de acuerdo?! ¡Esto no puede ser!

Marcelo estaba completamente devastado, pero no salía una sola lágrima de sus ojos. Parecía que una parte de él estaba arrepentido y otra le decía que estaba bien, que no era tanto problema.

MARCELO- Julia, te tienes que calmar. Así son las parejas, a veces hay que experimentar un poco para salir de la rutina y... yo quise estar con alguien más para alimentar nuestro matrimonio.

No podía creer lo que estaba diciendo, parecía otra persona. No era el Marcelo que había conocido.

JULIA- ¿De qué estás hablando? Nosotros estábamos bien. ¿No piensas en las consecuencias? Podría infectarte de algo o infectarme a mí, de pensarlo me da asco. ¿Cómo pudiste hacerlo?

Yo lloraba, estaba desquiciada y Marcelo me perseguía por toda la recámara, tranquilo.

MARCELO- No sea anticuada, por favor. Tienes que aceptar que las cosas son así.

JULIA- ¿Así, cómo?

MARCELO- Si queremos que este matrimonio dure por siempre, tenemos que aceptar ciertas cosas. Tienes que respetar mis decisiones.

Mi corazón estaba hecho pedazos. Me quedé parada, pensando en lo que todo eso significaba. Él se acercó y me abrazó por detrás, amoroso.

MARCELO- Julia, no quise lastimarte. ¡Te amo!

Entonces, supe que todo se había terminado. Lo que él había hecho era una traición, maldad. Y dijera lo que dijera, iba contra las leyes de Dios y de la vida misma.

JULIA- Tú no me amas a mí, ni a nadie. Esto se terminó, Marcelo.

MARCELO- ¿Qué?

Lo miré a los ojos, dolida.

JULIA- No puedo vivir así, sabiendo que te acuestas con alguien más, "para mantener nuestro matrimonio". Eso es una aberración, es engaño. Eso no es amar a alguien.

MARCELO- Vamos, Julia. No seríamos los únicos con una relación abierta, si tú quieres también...

JULIA- ¡Basta, ni lo digas!

Caminé al vestidor, tomé una maleta y comencé a meter algunas cosas.

MARCELO- ¿Qué haces?

JULIA- Me voy a ir un tiempo, necesito digerir todo esto.

Marcelo tomó su celular y lo aventó contra la pared, estaba furioso.

MARCELO- Si te vas, no regreses. ¿Me oíste?

Seguí metiendo mis cosas y cuando terminé...

JULIA- No te preocupes. No pienso regresar.

Me miró a los ojos, duro.

MARCELO- Te voy a quitar todo y vas a querer regresar.

No podía creer lo que estaba viendo.

JULIA- ¿Quién diablos eres?

Salí de la casa con una maleta y mi celular, pensaba irme unos días para pensar las cosas y saber qué iba a hacer. Hablé con Susan y muy amable me permitió quedarme esa noche en su casa. Ella estaba de viaje, pero podía quedarme ahí el tiempo que fuera necesario.

Esa fue la noche más triste de mi vida. Después de tomar una ducha caliente, me recosté en la cama y no paraba de llorar. Estaba confundida, todo había sido tan rápido... Un día estaba casada con el hombre más maravilloso del planeta y estaba lista para ser mamá y... Todo se había derrumbado en un segundo. Resultaba que mi hombre perfecto era un mentiroso y quería vivir una "relación abierta". Me solía tanto, que sentía una roca machacándome el pecho.

¿Qué iba a hacer? ¿Qué iba a ser de mí? ¿Cómo le iba a explicar esto a mi familia y a todos esos millones de personas que estaban al pendiente de nosotros? Eso era una pesadilla.

A la mañana siguiente amanecí como un zombi, apenas pude dormir.

Tenía planeado regresarme a la Ciudad de México con mi familia y pasar allá una temporada. Pero, al buscar mi celular en mi abrigo, saqué una hoja. Y cuando la abrí, se trataba de la carta de mi abuela Paula, la había metido a mi bolsillo sin darme cuenta.

La volví a leer completa y cuando llegué a la parte final...

Quiero decirte que tú siempre serás mi niña, mi Juli, y aunque tu papá no te traiga, un día vas a crecer y podrás venir por ti misma.

Siempre que me necesites, aquí estaré.
Tu abuela que te ama. Pau.

Tuve una idea. Era momento de visitar a mi abuela, si me había encontrado esa carta justo en ese momento, tenía que ser una señal.
Entonces, me puse a buscar en internet cómo se llegaba a Isla Mujeres, tenía muchos años sin ir y no tenía idea. Tampoco tenía el teléfono de mi abuela, así que tendría que lanzarme a la aventura.

No estaba segura de lo que estaba haciendo, pero lo que sí sabía, era que tenía que ver un atardecer, el mar, tenía que pensar las cosas y sanar un poco mi corazón para saber qué hacer con mi vida.

Tenía todo listo, investigué qué tenía que hacer para llegar y era un hecho ¡Iría en busca de mi abuela Paula!

No tenía la ropa necesaria para ir a la playa, pero no me importó, porque lo único que quería era salir de Nueva York lo antes posible.

Estaba en el aeropuerto, cuando a lo lejos vi que se acercaba Marcelo con uno de sus asistentes. Él caminaba con un abrigo de piel y lentes obscuros para "no ser reconocido" y al mismo tiempo para llamar la atención, ese era su estilo. La gente lo miraba y algunos lo reconocieron. Me puse nerviosa y el corazón me dolió una vez más.

JULIA- ¿Qué haces aquí?

MARCELO- Susan me dijo que te ibas y quise venir por ti.

JULIA- Pierdes tu tiempo, porque me voy a ir.

Marcelo trataba de guardar la compostura en frente de todas las personas que nos miraban. Y en voz baja...

MARCELO- Julia, no hagas esto más grande, por favor. Vamos a casa y ahí platicamos mejor las cosas.

JULIA- Me encañaste, Marcelo. Me rompiste el corazón y no sé si puedo con esto.

Entonces, él se acercó y me abrazó. Y aunque quise, no me puse contener y comencé a llorar, lo extrañaba tanto...

MARCELO- Nunca quise lastimarte. Las cosas se salieron de control. Por favor perdóname, debí de parar todo eso a tiempo y decírtelo.

Me estaba doliendo tanto que, por un momento, pensé que todo tenía solución y si él estaba verdaderamente arrepentido podíamos solucionarlo.

Lo miré a los ojos y pregunté...

JULIA- Marcelo, si me quedo... ¿Vas a dejar a Luccia? ¿Vas a dejar a tu amante por mí? ¿Me vas a elegir a mí?

Marcelo miró para todos lados, su duda me dolió todavía más, porque eso quería decir que no estaba seguro de elegirme.

MARCELO- Julia, tú eres mi todo, mi esposa, mi familia, con quien quiero estar para siempre. Pero... no me pidas que... deje esa otra parte de mi vida, porque no puedo.

Estaba en shock. Era momento de subir al avión. Tomé mis cosas y...

JULIA- Y tú, no me pidas a mí que me acostumbre a la mierda, porque no lo haré. Eso no es amor. Me engañaste, Marcelo.

Subí al avión y lo miré ahí, parado, serio. Siendo el Marcelo fuerte que siempre fue, el que no se doblegaba ante nada, pero también uno que ya no conocía. Ese hombre que dejé, y ya no era mi Marcelo.

Estaba a punto de empezar un capítulo nuevo en mi vida, no sabía lo que me esperaba.

PalomaDF

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⏰ Última actualización: Jan 08 ⏰

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