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Amy:

—¿Es la última mesa? —pregunta Jamie, detrás del mostrador.

—Si —afirmo mientras camino a la cocina y pongo el pedido en la bandeja, para finalmente volver a dirigirme al salón.

—¿Quieres ir a cenar para celebrar tu primer día aquí? —propone cuando me ve salir. Vuelve a hablar torpemente cuando ve mi cara de confusión— Matt también irá, obviamente. Y Alex.

—Asi que ya lo han organizado —digo riéndome. Asiente con la cabeza—. Bien, iremos.

Miro mis desgastadas zapatillas converse mientras espero a que Jamie cierre el local.

Mientras caminamos, froto las manos en mis brazos, buscando algo de calor. La tía Jill me había alertado sobre las bajas temperaturas de Sheffield, pero no supuse que haría tanto frío en pleno septiembre.

—Estamos cerca —avisa, Jamie— La próxima vez, deberías traer abrigo.

—Voy a tenerlo en cuenta. Realmente tengo frío.

—Si consideras que esto es frío, no sé cómo sobrevivirás en diciembre —bromea. Lo miro asustada y el ríe—. No te preocupes, te acostumbrarás.

—Es allí —hace un gesto con la cabeza en esa dirección—. Matt nos está esperando.

Entramos al local y suelto un suspiro de satisfacción al sentir la calidez del lugar. Busco a Matt con la mirada y lo encuentro sentado solo en una esquina, mirando a través del gran ventanal.

—¡Amy!, ¿qué tal el primer día? —pregunta apenas se percata de mi presencia. Espera ansioso mi respuesta y no lo disimula.

—Bien —admito con una sonrisa—. Mejor de lo que esperaba.

—Es que tuvo buena compañía —bromea Jamie, mientras se señala a sí mismo—. Por cierto, ¿dónde está Alex?

—Fue a comprar cigarrillos, volverá en unos minutos.

Como si lo hubiesen llamado, el nombrado aparece. Aún no lo he visto, pero a juzgar por la mirada de Jamie, Alex había llegado. Me doy la vuelta cuando lo escucho saludar.

Me encuentro con unos ojos café que me observan de arriba a abajo con disimulo. Tiene el cabello castaño y desordenado, con unos mechones de cabello cayendo sobre su frente. Su piel salpicada con algo de acné y unos bonitos labios rojizos.

Muevo la cabeza, terminando con el análisis que le estaba haciendo al castaño. Me avergüenza admitir la cantidad de segundos que estuve admirando sus labios.

—...soy Alex —extiende su mano y la estrecho, sintiendo como un cosquilleo recorre mi mano. Él también parece sentirlo— Es un gusto finalmente conocerte.

—Amy —me presento con una sonrisa—. Lo mismo digo.

Lo miro unos segundos más antes de sentarme frente a Matt, junto al gran ventanal. Jamie toma asiento junto a este, por lo que Alex se sienta a mi lado. Su perfume varonil me invade en cuestión de segundos y hago todo lo posible para dejar de pensar en eso y concentrarme finalmente en la conversación que los tres chicos tienen.

La mesera llega con nuestros pedidos después de un tiempo y le coquetea descaradamente al chico junto a mi. Él no parece inmutarse, o al menos, fingía no darse cuenta. Noto una pizca de decepción en la mirada de la chica.

—¿Estudiabas una carrera en Londres, Amy? —pregunta Alex mientras se lleva una papa a la boca y me mira, atento a cada uno de mis movimientos.

—Si. Estudiaba medicina —respondo, algo melancólica.

Strange ; Alex Turner Donde viven las historias. Descúbrelo ahora