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Septiembre, 2005

Amy:

"Debemos volver a Sheffield" Fue la frase que mi madre soltó.

A pesar de que me tomó desprevenida, es algo que me esperaba. Las cosas últimamente estaban bastante difíciles para nosotros. Mamá había perdido su trabajo y los ahorros ya no resultaban suficientes para seguir pagando el departamento. Había empezado a trabajar cuando no iba a la universidad, pero ese dinero incluso resultaba insuficiente para seguir pagando mi carrera y cubrir los otros gastos que tenía en casa.

Viajar también implicaba dejar toda la vida que había formando aquí; mis amigos, la universidad a la que tanto me había costado entrar y a Leo, mi novio.

Suspiro y cierro la maleta. No quiero seguir pensando en esto, además, angustiarse ahora es en vano. Llevo la maleta hacia la sala, donde ya estaba mi madre y mi hermano esperándome.

—¿Terminaste? —pregunta mamá. Asiento con la cabeza mientras dejo mi valija junto a las cajas, bolsas y demás cosas— Tu primo vendrá a buscarnos en unos minutos. Dijo que estaba cerca.

—Bueno, voy a traer las últimas cosas —aviso, antes de dirigirme al cuarto de ella.

Entro al cuarto ya vacío con solo una gran caja en esta. La tomo entre mis brazos y suelto un quejido cuando noto lo pesada que está, haciéndome perder el equilibrio.

Un par de libretas caen junto a un cuadro. Vuelvo a dejar la caja en el suelo para tomarlos y meterlos nuevamente donde estaban. Agarro el cuadro y veo la foto enmarcada llena de polvo. Era una foto vieja y desgastada, parecía haber estado guardada mucho tiempo. En esta se mostraban tres niños pequeños, dos niños y una niña. Lucían felices jugando entre ellos. Pronto pude reconocerme en la foto, pero no logré identificar a los dos chicos junto a mí.

—¿Amy? El primo Matt esta aquí —la chillona e infantil voz de Bruno logra sacarme del trance en el que me encontraba.

Miro en su dirección. Se encontraba asomado en la puerta, con su mirada clavada en el cuadro.

—¿Qué es eso? —pregunta.

—Un cuadro viejo —digo, restandole importancia. Dejo este en su lugar, agarro la caja y empiezo a caminar hacia él—. Vamos, nos deben estar esperando.

﹋﹋

—¿Ya llegamos? —pregunta Bruno, sollozando.

—No, aún no —responde mamá desde el asiento de adelante.

—¿Falta mucho? —vuelve a preguntar. Este se remueve a mi lado, impaciente.

—No, estamos cerca —el cansancio es notable en su voz, y la comprendo, Bruno llevaba preguntando lo mismo desde que salimos.

—Siempre dices lo mismo —reclama, sollozando nuevamente.

Escucho los dedos de Matt repiquetear en el volante, incómodo. Enciende la radio sin dejar de mirar la carretera.

Un par de segundos después "Reptilia" empieza a sonar en los parlantes de la camioneta. Miro al ojigris a través del espejo retrovisor, emocionada.

—¿Te gustan Los Strokes? —pregunto con la típica voz chillona que se apodera de mi cada vez que me emociono. Me aclaro la garganta cuando veo la cara de reproche de mamá a través del espejo. Ella odiaba esa voz.

—¡Si! ¿A ti también? —asiento repetidamente con la cabeza. Matt ríe y agrega— De hecho, tengo una banda y nos inspiramos en ellos.

—¿En serio? ¡Eso es genial! —digo, totalmente sorprendida. Apunto con el dedo a su reflejo en el espejo, ahora seria, y agrego—Tienes que invitarme a una de tus presentaciones.

Él ríe y yo también.

—Voy a tomar eso como un si.

Pasamos la siguiente hora hablando de su banda, de la música que nos gusta y de temas aleatorios que surgen en el momento hasta llegar a la casa de Matt, que es donde nos quedaríamos hasta encontrar un lugar fijo donde quedarnos.

Bajo de la camioneta y me quedo congelada unos segundos admirando la casa frente a mí.

Es una casa de dos pisos con un techo a dos aguas, un gran porche de madera blanca que se extiende a ambos lados de la casa, con sillones, pequeñas mesas y plantas de decoración. Amplios ventanales en la planta alta de la casa y un gran jardín delantero bien cuidado con entrada al garaje de la casa.

—El rojo le pinta bien —digo a Matt cuando lo siento a mi lado, recordando la pintura verde que tenía la última vez que estuve aquí.

—Ven, quiero mostrarte tu habitación —empieza a cruzar el jardín y yo voy detrás de él, siguiendo su orden.

—¿Ustedes dos adónde van? —pregunta mamá detrás de nosotros. Nos damos vuelta, desentendidos— Tienen que ayudar a bajar las cosas. Especialmente tú, Amy.

Sin muchas ganas vuelvo a la camioneta. Matt hace lo mismo. Bajo dos maletas y el ojigris un par de cajas.

—Ven, deja las maletas por aquí —ordena, señalando el living. Asiento con un corto "bueno" y las dejo ahí.

—¡Amy! —escucho la voz tan reconocida de mi tía Jill unos segundos antes de verla salir por la cocina, secandose las manos en el delantal— No he escuchado la camioneta. Perdón. Habría salido a recibirlos.

—No se preocupe —trato de tranquilizarla cuando noto el arrepentimiento en su voz. Pronto me envuelve en un abrazo asfixiador que termina cuando Matt le avisa que estaba a punto de morir por falta de aire.

—Lo siento, me emocione. Estas hermosa —me alaga, tocando mi mejilla. Sonrió, no me había dado cuenta de lo mucho que la había extrañado—. Iré a buscar a tu madre.

Asiento mientras la veo desaparecer por la puerta principal. Matt y yo nos dirigimos a la pieza que será "mía" durante este tiempo.

Una habitación luminosa y acogedora de color beige, con un ventanal con vista a la calle y otra persiana que daba a la casa de los vecinos. Una biblioteca y un escritorio se encontraban en una esquina.

—Esperamos que te guste. Nosotros... hicimos lo que pudimos. Alex mandó a imprimir unos posters pero aún no llegaron —habla cuidadoso, como si fuese a reaccionar mal en cualquier momento.

—Me encanta —digo sincera, sonriendo. Lo escucho suspirar aliviado y reprimo una risa—. Muchas gracias.

—Me alegra que te guste. Bueno... Te dejo descansar, siéntete como en casa. Si me necesitas, estoy al principio del pasillo, antes de las escaleras —aclara. Le agradezco una vez más mientras lo veo salir de la habitación.

Me acerco al ventanal y veo a mamá hablando alegremente con un joven que se encontraba de espaldas. Frunzo el ceño ¿Quién es él? Ese no es Gary.

Me asomo a la puerta y veo al ojigris abriendo la puerta de la que supongo que es su habitación.

—Hey, Matt. ¿Quién es ese tal Alex que nombraste? ¿Acaso tienes otro hermano y no me lo dijiste? —pregunto bromeando.

—Alex es mi amigo. Vive en la casa junto a esta —responde despreocupado, antes de entrar en su cuarto.

_______

Holaa

Después de una ETERNIDAD finalmente subo el primer capítulo de esta nueva historia jj. Prometo subir capítulos seguidos.

Si alguien está leyendo, ¡espero que te haya gustado!

(por las dudas, Gary es el hermano de Matt)

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¡Gracias por leer!

Strange ; Alex Turner Donde viven las historias. Descúbrelo ahora