Capítulo 39.

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8 de Abril del 2026.

Miércoles.

08:23 a.m.

Los Ángeles.

Academia Calasanz.

Zeus Smith.

Me quejé levemente por el golpe en mi estómago y intenté levantarme pero no lo logré al recibir una patada que me llevó unos metros lejos de esos chicos que me estaban golpeando.  -Mierda.- me quejé mientras escupía en el asfalto un poco de sangre combinada con mi saliva.

-Me sorprende que alguien tan sexy y hermosa como ella se fije en alguien tan patético como tú.- rieron los chicos mientras se acercaban otra vez hacia mi para seguir golpeándome.

Durante esos minutos en los que me estuvieron pegando me cuestionaba sus palabras, sus insultos, sus golpes... Tal vez tengan razón, Lilith es una reina, una diosa, una mujer hermosa, increíble y divina; tal vez ella era mucho para mi, para mis hermanos no, pero para mi si.

Estaba tan distraído, lleno de recuerdos mientras me golpeaban que no me dí cuenta en el momento en el que quedé inconsciente de tantos golpes, lo último que puede escuchar fueron sus risas. Sus risas eran igual a las de ella. Laila Smith. Persona a la cual, no estoy orgulloso de llamar ''madre''. Recuerdo cuando me gritaba, castigaba y se enojaba conmigo por la cosa más mínima que yo hiciera, al igual con Perséfone, ella también pasó por lo mismo.

Sigo sin superar las veces que me despreció o las veces en las que me humillaba en público sin remordimiento o culpa alguna, la cantidad de veces que no me daba de comer por que estaba subiendo de peso, no estaba ''gordo'' de hecho era demasiado delgado, tanto que se notaban mis huesos. Años más tardes se quejaba de lo delgado y débil que estaba.

A mis catorce años terminé internado en el hospital de nuestro tío con una sonda nasogástrica por falta de alimentación, ya no podía comer por mi cuenta. Esos mismos días en el hospital, mi padre estaba luchando en un juzgado mi custodia completa para que esté solamente con él y que mi ''madre'' jamás se vuelva a acercar a mi o a mis hermanos. Nuestros padres ya estaban divorciados pero compartían la custodia.

Tal vez ellos tengan razón, tal vez mi madre tenga razón pero eso tal vez ya no importaba ahora...

[...]

16 de Abril del 2026.

Jueves.

06:12 a.m.

Los Ángeles.

St. Thomas Hospital Group.

Lilith Brown.

Beep. Beep. Beep...

Miraba desde un sillón la camilla donde estaba Zeus con lágrimas en los ojos, veía sus heridas con temor de verlas sangrar otra vez, miraba su rostro y cuerpo lleno de moretones y heridas mientras en mi cabeza se seguía repitiendo la imagen de él lleno de sangre y con huesos rotos.

-Deberías ir a descansar a casa, Mi Reina...- susurró Lucifer arrodillado frente a mi para mirarme.

-Jamás. No pienso dejarlo solo. No puedo irme a casa sabiendo que él sigue acá y que no está conmigo durmiendo o viendo una película en casa.- susurré sin despegar mi mirada de Zeus.

-Bella mia...- Seth me miró triste mientras pasaba sus pulgares con delicadeza por mis mejilla secando mis lágrimas que no me había dado cuenta que solté.

-No puedo...simplemente no puedo irme de su lado.- susurré y estiré mi mano para acariciar la de Zeus con delicadeza. Mis Dioses me miraban con tristeza, no soy egoísta, sé muy bien que ellos tampoco están bien por esta situación.

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