En el inicio todo era Khaos. La luz y la oscuridad no se distinguían. En un momento Khaos se hizo hombre y dividió las dos energías dando como resultado dos nuevas vidas. Karlaz la luz y Luan la oscuridad.
Los dos se convirtieron en gobernantes del infinito vacío Rigiendo con sabiduría junto a su padre Khaos.
Un día Khaos decidió regalar un don a cada hijo. Karlaz "El soplo de vida" y Luan "el último aliento" Gracias a estos dones, los dos hermanos crearon los demás dioses, mundos y criaturas que poblaron el vacío.
Tras la inesperada muerte de Khaos. El paraíso perfecto no demoro en derrumbarse. Todos los dioses Se vieron obligados a escoger un bando. La luz o la oscuridad. Pasaron siglos en batalla, a veces se creía que ganaría la luz, otras veces que la oscuridad gobernaría. Cuando ya no quedaba nada que gobernar, cuando todos los mundos creados fueron destruidos y la mayoría de dioses habían desaparecido, los dos primes decidieron hacer un pacto...
"por favor... no lo hagas" se escucha la voz de alguien decir a lo lejos con una tristeza que entrecorta las palabras, pero, a su vez, tiene ansias de ser escuchada.
"En medio del khaos te estaré esperando" la voz no parece real, El tono es esperanzador como si se intentara consolar a alguien a quien le va a suceder algo inevitable y ,aun así, crees fervientemente por un segundo de que no sucederá, de que en el último minuto las cosas podrían cambiar.
Un par de manos están entrelazadas, Una de las manos es pura como el jade se nota que fue tallada y pulida con esmero intentando alcanzar la perfección, un hilo plateado muy fino, apenas perceptible la rodea delicadamente. Mientras la otra, es una mano animal, ensangrentada que mancha con su sangre de apoco el hilo plateado que la envuelve.
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Pipipi, Pipipi. Abro un poco mis ojos con pesadez, estoy tan cansado que hasta el sonido que en otras circunstancias seria molesto, en este momento me arrulla. Veo la hora en el reloj digital que tengo en la muñeca izquierda "Recordatorio 3:00pm Almorzar con Black" aún estoy aturdido y mi cerebro no puede procesar lo que está viendo. Segundos después recupero totalmente la conciencia dándome cuenta de donde estoy.
- Otra vez te quedaste dormido. dice Black que está sentada frente a mí con una botella de su soda favorita en la mano.
- No fui yo, fue patricia. Digo tomando el menú de la cafetería. Después de pasarme 5 estaciones en el tren y llegar más de media hora tarde a encontrarme con Black estoy muriendo de hambre.
- ¿Nos vemos esta noche? Pregunta Black sin quitarme la mirada de encima. Ya sabe que voy a responder.
- Suspiro- No me gustan esos planes.
- Es mi cumpleaños.
- Nosotros no tenemos cumpleaños.
- No seas amargado, una vez al año no hace daño. Responde Black tomando la manga de mi camisa sacudiéndola mientras hace un puchero.
