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Ya había salido de esa cárcel, como le solía llamar, estaba saliendo de ahí por fin, después de dos largos años, dónde fingía mejorar y tomar pastillas.

Era libre para hacer lo que quisiese otra vez. Bueno eso haría, si es que no hubiese hecho un plan, para volver a ver a dazai. - secuestrarlo, revivirlo -

Al salir fue a un lugar en especial, o mejor dicho, con una persona en especial.

Ya había llegado al lugar citado, era un lugar apartado de la cuidad, en una casa abandonada.

Apenas entró escucho un ruido, se puso alerta, saco su arma y empezó a investigar entre aquella casa. Pero, lo que vio, fue más allá a sus expectativas.

- ¡¿Que?! ¡¿ATSUSHI NAKAJIMA?!  - grito con sorpresa alertando a los contrarios y al nombrado.

- C-chuuya-san... Se lo puedo explicar.. - dijo el albino, sonrojado hasta las orejas.

- ¿Cómo vas a explicarme, que te estabas besuqueando a un integrante de la organización enemiga? - dijo entre sorprendido y molesto, por tal traición.

- No le explicaré por qué lo hacía, por qué, ¡Usted hacia lo mismo con dazai-san! - dijo nervioso aún, pero rápidamente al darse cuenta del nombre que acababa de salir de su boca, se maldigo en mil idiomas, por tal idiotez.

- No digas de nuevo ese nombre, no tienes derecho a nombrarlo, nadie más que yo lo tiene... ¿Quedó claro? - dijo mientras sus orbes azules se volvían más oscuros.

- S-s-si Chuuya-san - dijo agachando la cabeza, algo que su compañero noto.

- Con todo respeto, usted no tiene el derecho, de decirle a Mi jinko, que decir o que no. - dijo el peli-negro al lado del albino mientras tomaba su mano.

- Tsk... Los de la agencia son realmente molestos, me dan ganas de matarlos a todos. - dijo en un susurró para si mismo, aunque los contrarios lo escucharon.

- ¿Disculpa? - pregunto con un notable enfado.

- Akutagawa cálmate... - dijo el albino.

- Disculpas aceptadas. - contesto con burla, el detective solo chasqueo la lengua, no podía hacer nada más - Ahora si, a lo que vine, atsushi y Akutagawa, necesito un favor.

- ¿Que clase de favor? - pregunto el pelinegro.

- Ustedes estuvieron presentes en el suicidio de 'samu. Quiero saber que le dijo antes de saltar. - hablo sin problemas, como si estuviera diciendo los buenos días.

- Lo siento Chuuya-san, no tenes permitido dar esa información. - hablo el albino.

- Si no me dirán nada sobre eso, respondan a mi pregunta. ¿Me pueden contar, sobre los multiversos? - dijo con una sonrisa, de inocencia claramente falsa.

- ¿Que...? - dijieron al unisomo.

- Se que ustedes saben sobre los multiversos, y se que existen gracias a Arahabaki.. - lo último lo pensó pero no lo dijo.

- Bien... Se lo diremos - dijo el peli-negro, el del sombrero, solo sonrió tecricamente. Todo iba de acuerdo al plan.

- Los multiversos son universos alternos al original, el nuestro es una copia del original.

- Eso ya lo se. ¿Hay alguna probabilidad de viajar entre ellos? - pregunto.

- Talvez alguna habilidad, o que se habrá una grieta en uno de los universos. - dijo el albino, bingo.

- ¿Y como podría agrietarse? - volvió a preguntar, Akutagawa dudo en responder, pero aún así lo hizo.

- Talvez, una habilidad demasiado poderosa o un dios. - perfecto.

- Bien muchas gracias por responder a mis preguntas. Se me hace tarde, mi cariñito debe estar aburrido solo en ese gran cementerio, debo ir a visitarlo. - dijo despidiéndose.

Los contrarios, solo estaban confundidos. Pero, lo comprendían, después de todo fue el que más sufrió a su perdida.





"Una persona corrompida
Siempre lo único que hará
Será volver a caminar
En un camino manchado de sangre"

𝒮𝒾𝑒𝓂𝓅𝓇𝑒 𝓋𝑜𝓁𝓋𝒾𝑒𝓃𝒹𝑜 𝒶 𝓉𝒾.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora