Toque la pared en busca de alguna antorcha, buscaba como prenderla cuando unos destellos aparecieron a mi lado y supe que Gwendolyn ya se encontraba junto a mí. Me acerque y la tome del hombro.
-¿Eres tú Gideon?-. Susurró
-¿& quién más si no?-. Susurré también-. ¡Bravo, no te has caído!' dije sonriendo.
Encendí la antorcha y al instante se ilumino la habitación.
-Que bien ¿También te la has traído?-. menciono sarcasticamente.
-No, ya estaba aquí, sujétala.
Busque la llave de la puerta que se encontraba escondida en un espacio entre la pared, y la abrí con cuidado
-Silencio-. Le susurré a Gwen mientras me asomaba al pasillo
-Aquí huele a podrido-.
¿Qué es lo que acababa de decirle? ¿Qué acaso no prestaba atención?
-Tonterías ¡ven!
Cerré la puerta tras nosotros y cogí la antorcha de la mano de Gwendolyn mientras nos adentrábamos en los laberintos de Temple.
-¿No quieres volver a vendarme los ojos?- dijo en un tono amistoso.
-Está todo obscuro- puntualicé-. De todas maneras, tampoco podrías recordar nada. Razón de más para que no te apartes de mí lado porque como máximo, en 3 horas, tenemos que volver a estar aquí abajo.
Mientras caminábamos, noté que Gwen estaba callada, y no pude evitar sonreír, como mínimo debía estar imaginándose que había ratas o arañas por todos lados y eso me divertía. Después de tanto caminar, llegamos a un corredor alumbrado y al final de él nos esperaban 2 guardias en armadura, cuando nos encontramos frente a ellos, uno desenvaino su espada hacia nosotros.
-¡Alto!-
-Tenemos que hablar con el maestre- dije tranquilamente.
-Contraseña- repuso el otro guardia.
-Qua redit nescitis- recité.
-Pueden pasar- dijo el primer guardia mientras nos abría la puerta.
Francamente ya me estaba preocupando por Gwendolyn que seguía sin decir ni una palabra.
Al cruzar la puerta, se extendía ante nosotros un corredor igual de amplio iluminado por antorchas en la pared, coloque la que llevaba en la mano junto a las demás y seguí caminando.
-Esto es como una película de terror. Casi se me para el corazón. ¡Pensaba que esas cosas eran decorativas! Quiero decir que las armaduras no son precisamente modernas en el siglo XVIII, ¿no? Y tampoco realmente útiles, me parece.
Y ahí estaba de nuevo la Gwendolyn parlanchina de siempre.
-Los guardias las llevan por tradición, en nuestra época ocurre lo mismo.
-Pues yo no he visto ningún caballero con armadura en nuestra época- repuso.
Puse los ojos en blanco-. Date un poco de prisa ¿quieres?-.
-¿Quién es el Maestre?
-La orden tiene un gran maestre que la preside. En esta época, naturalmente, es el propio conde. La orden aún es joven, hace solo treinta y siete años que el conde la fundó. También más tarde a menudo asumieron la presidencia miembros de la familia De Villiers.
-¿Y hoy? Hummm...quiero decir, en nuestra época, ¿Quién es el gran maestre?
-Actualmente es mi tío Falk. El sustituyó a tu abuelo Lord Montrose.
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Rubí desde los ojos de Gideon
FanfictionSINOPSIS Arrogante, engreído, atractivo y sarcástico es como me describen, pero en realidad no soy como todos piensan, también puedo llegar a ser bastante gracioso, y dulce, e incluso puedo experimentar amor hacia otra persona que no sea yo. Tengo...