El dolor físico distrae al dolor mental, permitiendo nos paz por un momento, permitiendo nos desquitarnos por nuestros errores, castigando nos por nuestros actos, pero, cuando quieres parar, se vuelve una adicción más que una distracción o un castigo.

Si me vez con heridas o dolores, acércate, preguntarme, no te responderé al momento, pero créeme grito por ayuda, suplicando perdón.

//🔪//"El diario de una chica trastornada"//🔪//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora