Prólogo

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Su respiración tan calma...

Ya había perdido la cuenta, pero aproximaba por lo menos unos cuarenta y cinco minutos de tranquilidad hablaban por si solos, demasiado para un soldado que raramente tenía se permitía un sueño pesado, había caído como una roca, un descanso profundo 《como el de un oso 》la última comparación solo consiguió engrandecer la sonrisa que seguramente tenía en el rostro, era conmovedor, me parecía una ternura que ni siquiera los gritos de nuestro inquieto Mauricio consiguieran interrumpir su tranquilidad, y vaya que eran gritos, toneladas de energía descargadas en la mañana, toda la que podía tener un niño de apenas cinco años. 

Los últimos días habían sido difíciles por no decir un dolor de cabeza; despliegues de gente, monitoreos, campeos hasta altas horas de la noche, era posible mantener ese ritmo por mucho más tiempo —era exhausto— de tan solo pensarlo el peso regresaba a mis los hombros, de ellos al cuello y finalmente a ese particular danzar estresado de mi parpado derecho, 《causa perdida》en el cuartel lo sabían, yo también lo hacía, aunque nadie se atreviera a decir ni una palabra en lo absoluto. La sola mención haría que se cumpliese. 

A pesar de todo el cansancio, deseaba poder seguir así... unos minutos más, solo un poco más... ver el sol reflejarse por la ventana 《nuestra ventana》 despertar entre las sábanas frescas de 《nuestra cama》, acariciar el rostro del cansado oso《mi esposo》, aun me cuesta asimilarlo, sentirme amada sigue resultándome algo nuevo, vivir como lo haría cualquier ama de casa... de niña en verdad deseaba ser como ellas, llevar mis días del cuarto a la cocina, esos cálidos veranos tomando limonadas, Mauricio en la piscina, nosotros abrazados, nuestras sonrisas blancas, compartidas, reales, alejadas de todas esas mentiras que sueltan cada tanto en las noticias, las que oigo decir a tu padre en cada nueva junta. 

Lo intente, mirar por encima, sin preocupaciones, tape mis ojos varias veces, pero hasta la seda termina por lastimarme, solía creer que podía aprender a vivir así, como una persona cualquiera.

Pero la sonrisa desaparece con el pasar de los días y sabía muy bien la razón.











Por más que lo intentará...

No podía evitar verme como una sombra...







Vagando en una vida cómoda, dando a la realidad de que ninguna de mis acciones cambiaba las noticias que veía cada mañana, no importaba lo mucho que me esforzara en la organización, las intensas rondas nocturnas, los detenidos, mis investigaciones... ya las tenía tan abandonadas, arrumbadas, archivadas en lugares que seguramente ya ni existían, todo seguía igual, el noticiero anunciando《desapariciones》《ataques contra ellos, de ellos a los otros, de todos contra todos》 《crecimiento de manifestaciones.... represión de las manifestaciones》y muertes.... más muertes, muchísimas más de las que podía recordar.













Era como despertar de la fantasía... 











Una en la que yo vivía a expensas del problema, después de todo, yo era la había dejado de lado lo que en verdad era importante..., para involucrarme en una vida que ni siquiera debería poseer.... 

La culpa me consume, por más que disfrute de la calidez del hogar, la familia que había formado con tanto esfuerzo, el dulce rostro de mi querido Mauricio, el protector manto que me otorgas S.... bueno, ahora eres mi esposo... es tan o más reconfortante que cualquiera de los tesoros que pudiera obtener, pero aun así debo confesar que...

《Me arrepiento irremediablemente de las decisiones que he tomado》 



Hace algunos años atrás... 

Little HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora