Harryween [LS] ✓

Extra1

(4519 palabras)

P

arado a un lado de la mesa de bocaditos y champagne, sonreía contra el vaso de alcohol mientras veía a todos los invitados de la boda. Sin embargo, su atención siempre terminaba en la pareja de recién casados, Barbara estaba hermosa en su vestido blanco junto a Niall, el cual mantenía sus manos en la cintura de la mujer, bailando y besándose cada que podían.

Harry estaba tan feliz por ellos, le tocó ser testigo del castaño y aunque se mentalizo un buen rato el día anterior en no derrumbarse, no puedo. Las lágrimas fluyeron como cascada al percatarse que su amigo comenzó a sollozar cuando Barbara entró junto a su padre, deslumbrando a la perfección y belleza. Cada segundo, minuto, movimiento estaba grabado en la mente del rizado. Puede decir que la mejor parte fue cuando la chica al llegar al altar sonrió sin despegar la mirada a los ojos vidriosos y azules, llevando su mano a la mandíbula del contrario para retirar delicadamente con su pulgar la humedad en las mejillas sonrojadas.

No podía creer que hace tres meses estaba disfrutando en una alocada fiesta de Halloween y ahora se encontraba en medio de un pequeño bosque festejando a esas dos personas que tenían ganada una parte de su corazón. La decoración era de cuentos de hadas, alrededor de los grandes árboles, los cuales se encontraban adornados con telas y foquitos, había una pista de baile, detrás de esta, una banda tocaba con tanta emoción. Pero no se comparaba en la gran reservación, consistiendo de una enorme carpa transparente, candelabros colgados en el techo junto a largas cuerdas de flores, mesas repartidas por todos lados adornadas con manteles negros, copas de cristal y sillas de madera.

Con todo eso su cerebro solo se imaginaba la más extraña, pero linda situación. Esta se trasladaba en él parado en el altar con su traje blanco, escuchando las olas de playa y el zumbido en su oído, reteniendo las lágrimas y sintiendo las caricias en sus nudillos de la persona enfrente suyo. Y esto no era nuevo, pues Harry siempre soñó casarse con el amor de su vida, pero al hacerlo esa persona no tenía rostro, era una visión borrosa por obvias razones. Una de ellas y la más relevante era que todavía no lo había encontrado.

O eso creía.

Por eso lo raro no era el sueño como tal, sino que ahora mágicamente la persona que es supuestamente su esposo ya tenía un rostro, una entidad. Y podía sonar estúpido pero lo emocionaba y a la vez lo asustaba, porque no era nada normal. Lo podía dejar pasar cuando era un adolescente con una pequeña obsesión de un amor platónico en la escuela, colegio y hasta la universidad, pero ya era un adulto. Y aunque trataba de eliminar cada rastro de ese hombre, sus sueños son imposibles de controlar, su corazón igual.