Su lugar

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"Muchas gracias por tus apuntes, Tsukishima" una chica de cabello negro le extendió un cuaderno mientras acomodaba uno de sus mechones tras su oreja, claro símbolo de nerviosismo

"No hay de qué" contestó tratando de sonar lo más amable posible.

Ella se sonrojó un poco ante el mal fingido gesto.

Después de mucho tiempo Kei por fin puso en marcha el consejo que Shoyo le dio con el fin de mejorar la relación que tenía con su grupo.

 Se amable le aconsejó.

Era ridículo, al menos eso creyó al inicio, pero contra todo pronostico funcionó bastante bien. Específicamente con las chicas, que en unos cuantos días se acercaron a él para pedirle consejos. Estuvo bien porque de alguna manera ellas eran mejor compañía que sus compañeros varones, quienes se veían muy inclinados a salir a beber como actividad de recreación.

"¿El señor popular tendrá tiempo para que tomemos un café?" se burló Ono, al presenciar el espectáculo y el cuchicheo del grupo de chicas.

"Si es uno en el que pueda estudiar, estoy dentro" Kei deseaba que regresaran al lugar que visitaron la última vez, tenía aún mucho que probar para poder llevar a Shoyo.

Al cabo de mucho rato de insistencia a salidas de Ono, Kei aceptó pasar más tiempo con él después de clases. Primero porque era él único que le hablaba bien y después por gusto. Ellos estaban en la misma carrera así que tenían intereses en común. Se sorprendió de que incluso en grupos musicales coincidieran.

"El fin de semana saldrá cierta película, pensaba que podríamos destruirla juntos" Kei ya sabía de qué filme se trataba, de hecho ya había hecho planes para verla con Shoyo "¿volverás a casa?" Preguntó con un nada disimulado tono desilusionado.

"No, pero ya tengo planes de verla con otra persona"

Ono suspiró, ahí iba otro plan fallido. Pensaba que podría extender sus salidas lejos del campus después de ayudarlo en sus tiempos de gripe, más no fue asi. Solían ir a cafeterias y pasar mucho tiempo en la biblioteca estudiando, pero no coincidían fuera del horario de clase. Kei hacía práctica del ridículo voley hasta muy tarde. Ni siquiera se le cruzaba por la mente ir a verlo, odiaba tener que estar entre tantos sujetos sudados.

Incluso empezaba a pensar que últimamente Tsukishima lo evitaba, porque era muy tajante con sus planes. Además de que trataba de hablar lo menos posible de su vida personal, lo que resultó que seguía sin saber si"Sho" era esa tierna rubia que lo recibió el día que lo llevó a casa.

Tendría que empezar a tomar medidas desesperadas.

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"Natsu no volvió a jugar con tu guardarropa hoy por lo que veo ¿cierto?"

"¿Qué? Ella no juega con mi guardarropa" se quejó Shoyo.

Hinata simplemente podría andar con ropa y calzado deportivo por la vida sin sentir ni un poco de remordimiento y vergüenza, de hecho lo hacía siempre. No obstante, había momentos en los que él parecía tener un poco más de estilo, uno que iba con el color de cabello y la forma de su cuerpo. Más no era obra suya, sino resultado del gran esfuerzo de su pequeña y adorable cuñada. Esa carta sólo la usaba en citas, sabía de boca de Natsu que la mitad de las veces lo hizo por amabilidad y la otra mitad porque Shoyo le compraba golosinas. Esperaba verlo vestirse mejor hoy, pero llegó casi como si acabara de salir de su práctica.

"¿Qué le hiciste?"

"Ella se molestó porque no la traje conmigo" incluso había llorado  también, quería ver la película con su gran hermano mayor.

Tardes antes de que te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora