ᴄᴀʟᴀʙᴀᴢᴀ ⸻ ｔａｅｇｉ

ᵠᶤᶰᶜᵉ

Taehyung

Comprobé a Yoongi antes de dirigirme abajo para cerrar por la noche. Él estaba profundamente dormido en mi cama, donde pertenecía. Me preguntaba cuánto tiempo me tomaría convencerlo para venir a vivir conmigo aquí. Espero que antes de que el bebé llegue.

Era un omega terco, no es que yo le echara la culpa después de todo, lo que le había hecho pasar. A pesar de que habíamos conseguido volver a estar juntos hace más de tres meses, podía entender si arrastraba los pies un poco. Es decir, lo nuestro era todavía una nueva relación antes de la ruptura. Y desde entonces, habíamos estado ocupados con la fiebre de las vacaciones en su tienda y haciendo frente a la enfermedad de la mañana.

Yo estaba listo para el felices para siempre, pero también sabía que era necesario tomar las medidas adecuadas para llegar allí. Todavía. No se pierde nada con mirar hacia el futuro y la esperanza de un futuro lleno de Yoongi. Las luces estaban todas encendidas en la planta baja. Incluso en el árbol de navidad. Fui de una habitación a otra, de forma metódica a apagar las luces.

Cuando entré en la sala de estar, me encontré con Henniee sentada en una silla vieja cerca del árbol. La había traído desde el ático a petición de Yoongi. Al parecer, había sido uno de los favoritos de su Nana. Al entrar en la habitación, su aroma a lilas me golpeó con una explosión más fuerte de lo habitual.

No cuestioné sus idas y venidas impares más. Había aprendido a disfrutar los pocos momentos que he compartido con el extraño pájaro viejo. A pesar de que deseaba que aparezca en algún momento para que Yoongi pudiera encontrarse con ella. Me miró como si estuviera loco cada vez que he mencionado a la vecina entrometida que le gusta entrar sin avisar y luego desaparecer dramáticamente poco después.

— Hey, Henniee. ¿Estás lista para la mañana de Navidad? — Pregunté, bajando lentamente en el suelo frente a ella. Aspiré el aroma encantador de siempre verde que llenaba la sala. Se fundió a la perfección con el perfume de lilas de Henniee.

Ella me sonrió, como si acabara de darse cuenta de mi presencia.

— Lo has hecho bien, joven. Tu y Yoongi hacen un par dulce, y serán padres maravillosos. Ahora sólo hay que darle un regalo especial mañana. No te preocupes, no va a decir no —.

Miré hacia arriba con curiosidad. Ella señaló bajo el árbol. Me reí cuando vi la bola de croquet azul que se sienta allí. Un destello de algo brillante al lado de él me llamó la atención, y me incliné para recogerlo.

Sostuve un anillo de plata maravillosamente hecho a mano. Fue grabado con una fila de pequeños tréboles y corazones en un patrón alternativo. La miré interrogante.

— ¿De dónde viene esto, Henniee? —.

Ella sonrió.

— Yo sugeriría decirle a Yoongi que estaba en el baúl o armario que amo tanto pero aún tienen que retirar del ático — Miró hacia las luces del árbol, con los ojos fuera de foco como si recordara algo. O alguien — Era de mi marido, August. Después de que murió, me lo puse alrededor de mi cuello durante muchos años. Mi hijo tuvo la intención de enterrarlo conmigo, pero eso no es algo que yo prefiera. Ese anillo es un símbolo de una vida vivida con amor, felicidad y paz. Se necesita descansar en otro lugar que se enfrente a su propia vida útil — Ella se echó a reír — Oh, había peleas. ¡No dejes que te diga lo contrario! Pero la mejor parte de la lucha con un irlandés está en recuperarlo después. Bueno, supongo que eso es cierto en cualquier matrimonio. Pero yo era parcial a mi propio irlandés de mal humor —.

No me había dado cuenta de que su marido había muerto. Por lo general habla de él en tiempo presente durante nuestras conversaciones al azar.

— Siento que lo perdieras, Henniee. Pero no puedo tomar su anillo. No sería correcto tomar eso de ti. Un tesoro como este anillo pertenece a la familia —.

Henniee me sonrió entonces, sus ojos luminosos llenos de lágrimas.

— Oh, cariño. Ese derecho es la razón por la que se puede tomar de mí. Tu corazón es hermoso, Taehyung. Vas a ser un buen marido para mi Yoongi. Mi oración es que ustedes encuentren tantos años de felicidad juntos como lo hice con mi marido —.

Me mordí el labio mientras miraba hacia abajo en el anillo que aún tenía en la palma de la mano.

— ¿No cree que es demasiado pronto? No quiero apresurarlo —.

Henniee rió entonces, un sonido musical en auge que llenó mi corazón.

— Oh, Taehyung. El chico ya está hinchado con tu hijo. Creo que el caballo ya ha dejado el granero, amor — Ella se puso seria entonces, mirándome directamente mientras hablaba — Cuando encuentras el amor en esta vida, Taehyung, tienes que agarrarlo con ambos puños y mantenerlo apretado. Algunos amores están aquí por una temporada, mientras que otros están aquí para toda la vida. Creo que ya sabes que Yoongi es tu para toda la vida. Y él también lo sabe, ¿crees lo contrario? No dejes que el miedo te impida la felicidad, Taehyung. No lo hagas. La vida es demasiado corta. Agárralo mientras tengas la oportunidad —.

— ¿Estoy asumiendo que quiere decir la vida por esa última parte, y no Yoongi? — Pregunté con sequedad, con una sonrisa descarada.

Henniee volvió a reírse.

— Oh si. Que vas a ser de nuestro Yoongi, Taehyung. Mi esposo te hubiera definitivamente aprobado — Ella se encogió entonces — ¿O tal vez ya lo hace? ¿Quién sabe? De todos modos. Perdona a una vieja loca por las burlas y bromas. Estoy feliz de que tú y Yoongi hayan encontrado su camino de vuelta juntos. Asegúrate de que le das ese regalo mañana, ¿me escuchas? —.

Asentí.

— Ah, y una cosa más — dijo Henniee de repente, con un toque de risa en su voz — Ponte unas zapatillas, hijo. Vas a pillar un resfriado — Ella se rió mientras me volvía a mirar con tristeza a mi zapatilla solitaria en la base del televisor. Mi mandíbula cayó cuando vi el par completo allí.

Miré hacia atrás a Henniee a preguntarle al respecto, pero la silla estaba vacía a excepción de la condenada bola de croquet azul. Me levanté lentamente, mi cerebro listo para explotar en este punto. Me acerqué y me puse las zapatillas.

Metí el anillo en el bolsillo, y me dirigí a la sala. Con una última mirada alrededor de la habitación, sacudí la cabeza y apagué las luces. Mientras subía las escaleras, podría haber jurado que oí la risa de Henniee siguiendo mi estela.