Capitulo 4: ¿amigos?

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Llevaba en casa de este idiota mucho tiempo y él no me estaba ayudando con mi trabajo en absoluto.
Estaba cansado a si que decidí consultarle cuando sería el momento en el que me enseñara como hacer ese maldito cuadro.

Hyunjin estaba sentado en el salón, como de costumbre, dibujando algo abstracto que todavía estoy descifrando y no termino de entender.

----Ey, deja de dibujar.

----¿Tienes algo en contra de mi arte?

----No, al revés. Podrías usarla para ayudarme en el trabajo que tengo que hacer. Es por eso por lo que viene aquí. ¿Recuerdas?

----Ah, si. Comencemos.

Saqué mis lápices y colores. Pero se ve que ese estúpido no se quedó conforme con los míos y sacó también los suyos.

Debo admitir que tenían mejor calidad que los que yo tenía. Aunque era obvio porque él le dedicaba más tiempo al arte y yo ni si quiera una casa puedo dibujar.

Nos pusimos manos a la obra.

Se sentó al lado mio y preguntó algo.

----¿Que es lo que quieres hacer exactamente?

----Pues la verdad es que no lo sé. Pensaba que tú me darías alguna idea.

----Pequeño ingenuo.

"Repetí varias veces esas palabras en mi cabeza"

----A ver, primero demuéstrame que sabes hacer con esas manos.

Lo admito, en ese momento lo malpensé y la cara se me enrojeció.

Creo que Hyunjin lo pudo notar. Fue incómodo.

----Dibujame algo sencillo como una fruta o algo del espacio; a mi me gustan mucho las sandias y las estrellas.

La verdad que no sé a qué vinieron sus gustos pero, en fin.

Dibujé lo que debía ser una manzana pero parecía más patata que manzana.

----¿Te gusta lo abstracto como a mi, no? -Se rió de mi dibujo.-

----Pues la verdad es que no se me da nada bien dibujar.

Sé que no debía decirle eso pero no quedaba otra alternativa.

----Lo suponía. No es tan malo, solo haca falta práctica. Nadie nace sabiendo -hizo una pausa- excepto yo.

No se que le veía de gracioso a sus chistes. Nunca entenderé su sentido del humor.

----Nací para ser chistoso, a parte de bonito.

Preferí no responder. Quizá mi respuesta lo alteraria.

No os voy a mentir. El se veía jodidamente lindo.

No se como hacia para lucirse así incluso estando en casa.

De pronto se quitó la camiseta.
Yo lo miré y me quedé en babia.

Después él se dió cuenta que yo lo estaba mirando y soltó una pequeña sonrisa.

¿Ese idiota quería que me diese un paro cardíaco?

Eran los últimos días de clase y el verano se acercaba. Y comprendo que hace calor pero si yo lo soporto, él también puede hacerlo.

No le dí mucha importancia y seguí con el trabajo.

----¿Sabes que?

----Dime.

----Como me caes tan bien voy a hacerte todo el trabajo yo. Así terminaremos antes. No me des las gracias, no son necesarias.

Mi ángel odiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora