Capítulo 7: algo más.

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Era un día normal como cualquier otro. Un fin de semana. Pero, se sentía diferente. Sentía que algo iba a pasar. ¿Eso es malo o bueno?

Hyunjin estaba sentado y dibujando como de costumbre y decidí acercarme para preguntarle como estaba. Me quedé preocupado desde lo que paso ese día.

—Buenos días, Jinnie.

Ya cagué. ¿Por qué dije eso?

—¿Jinnie? Mmh, lindo.
—Perdon, ¿te molestó?
—¡No!, en absoluto. Es más, me gusta, es un apodo bonito.

Quedé reflexionando.

—Estuvo bien el baile de ayer pero deberías estar cansado. ¿No estás nervioso de tu audición?
—Oh, si, fue bueno. ¿Tu crees que tengo posibilidades?
—Uh, ¡claro! Tienes talento, puedes entrar fácilmente. Pero yo te lo pondré difícil.

Hyunjin soltó una pequeña risa.

—¡Ey! –me ofendí de coña–

Después empezamos a reír.

Mierda, tiene la sonrisa más linda que vi en micho tiempo.

—¿Hechamos una partida al UNO? –pregunté–
—Seh, ¿por que no?

Estuvimos jugando toda la tarde y cabe mencionar que me lo pasé muy bien. También hice brownies y fue divertido.

Nunca había visto a Hyunjin así. Nunca lo vi tan feliz.
Nunca lo vi disfrutar.

Fue un sentimiento de satisfacción, lo admito. Se sentía extraño...

—Lixxie.
—¿Si?
—Gracias por lo de hoy.
—Ah, no es nada. Fue un gusto. Yo tambien lo pasé bien.
—¿Si? Pensaba que odiabas algo que tuviera que ver conmigo.
—Bueno, tampoco así...

Jode pero debo decir que estos últimos días el UNICO que estuvo ahí fue Hyunjin. La última persona que creí que me devolvería la sonrisa era Hwang Hyunjin. La persona más monótona que existe, o eso pensaba yo.

Quizá ya no veía a Hyunjin así.

Nunca más lo veré como una persona con maldad porque no es así.

Y ahí es donde comencé a tener sentimientos por él.

—Mierda, mierda y más mierda –eso era lo único que se repetía en mi cabeza–

—No puedo sentir esto por él... no tengo el derecho...

Mi mente y yo estaban confundidos.

Hyunjin noto mi presencia física pero mi ausencia mental.

—Lix, ¿pasa algo?

No lo pude evitar. Mis ojos soltaban lágrimas. Quizás me retenía esto por demasiado tiempo.

—¡Felix! ¡Mírame! Estoy aquí, tranquilizate. ¿Por qué te pusiste así de repente? ¿Dije o hice algo mal mal?

Intenté tranquilizarme y decirle a Hyunjin que no se preocupara.

Hyunjin ignoró completamente eso y me trajo un vaso de agua y una galleta con chocolate.

—Hyun, de verdad que no quiero nada. Gracias, enserio. Pero...

No quería rechazarle la comida pero...

—Felix.

—Dime...

—Me gustas.

¿Que...?

Me quedé completamente en silencio tratando de recapacitar en mi mente lo que Hyunjin acababa de decir.

No pude decir nada.

Sentí la necesidad. De nuevo.

¿Sabéis cual es esa necesidad? Exactamente, la de besarle.

Me repateaba esa idea.

Nos mirábamos fijamente.
Sus ojos tenían un brillo especial.
Cada vez la distancia era menor.

Y antes de que me diera cuenta los labios de Hyunjin y los míos estaban juntos.

Cada vez más al compás. Sus labios chocaban con los míos.
Eran suaves y blanditos.
Me agarró del cuello y empezó a besarlo.

Cada vez más intenso y...

—¡HYUNJIN!, para...

Hyunjin tomó un respiro, al igual que yo.

—Hyunjin, yo... yo... no puedo hacer esto.

—¿Que...? Lixxie... yo... pensaba que también te gustaba. Fui tonto al pensar que no es así...

—¡No!

Mi cabeza estaba hecha un lío.

—No es que no me gustes... es que...

Claro que me gustaba Hyunjin... me gustaba mucho. Pero no podía aceptar el hecho de que me gustase porque era un chico.

—Yo... no puedo.... no soy así...

—Felix, pero, ¿yo te gusto o no?
—Mmh, yo... si que me gustas... mucho...

—Eso es lo que realmente importa, Fefi. No puedes reprimir tus sentimientos de esa manera, solo te haces daño. Felix, si no te gustará lo entendería. Pero es que sientes lo mismo que yo. ¿No crees que deberíamos ser felices los dos? Tú y yo. Solos contra el mundo.

Solo pude agarrar a Hyunjin de la cintura y empezar a besarle.

Hyunjin se sorprendió y sólo me siguió el ritmo.

Llegó un momento en el que los dos estábamos en un punto crítico.

—Puedo... ¿quitarte esto? –me dijo Hyunjin–

Solo moví la cabeza como señal de acepto.

De pronto Hyunjin me cogió de la cintura y ne llevó hasta su cama.

Me tiró y me empezó a besar todo el abdomen.

Se acercó a mi oreja y me dijo:
—Siempre anhele esto.

Yo solo soltaba jadeos.

—Hyun, hazme tuyo.

Estaba emborrachado por su sensualidad.

Hyunjin se quitó la camiseta.

Siguió besandome desesperadamente.

Me quitó el cinturón y los pantalones con fuerza y yo quité los suyos con deseo.

Nos envolvimos entre sus sábanas y nos besamos como unos malditos necesitados.

Fue la mejor noche de mi vida, mierda.

Estaba muy eufórico en ese momento y creo que Hyunjin también.

Habíamos esperado esto tanto tiempo...

Mi ángel odiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora