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Después de cenar por el centro, decidieron ir a Valdespartera, sabiendo que habría ambiente por los alrededores.

Pero había un inconveniente.

Coger el tranvía.

En Pilares usar el tranvía era una pesadilla, especialmente cuando había un concierto importante. Por no mencionar que era el primer día de Pilares y estaba todo reventado. A pesar de que Álvaro dijo que había conseguido entradas para Espacio Zity, se le olvidó mencionar el pequeño detalle de que no había cogido para todos días. Ese detalle les había costado el ir a ver a Bad Gyal (Paul casi lloró cuando se enteró).

Así que se dirigieron al número uno en el top de las torturas romanas más dolorosas de la historia.

"Preparaos majos" Dijo Juanjo tras exhalar un suspiro. Ya que el tranvía estaba petado de gente.
Martin no entendía nada, habían tenido que hacer cola y cuando consiguieron entrar ya estaban apelotonados junto a varios grupos de canis que se iban de botellón “¿Pero que locura es esta? ¿toda esta odisa para unas ferias?”

Álvaro le miraba con complicidad, como si estuviese leyendo su mente.
“Joder, es que hoy canta Bad Gyal, ¿no se nos ocurría un mejor día?”

“Coño Álvaro, ¿a dónde vamos si no?, ¿al bolo de Leticia Sabater?” Le soltó Juanjo.

“Pues no me parece mala idea, mejor que estar rodeado de esta tropa... se me quitan las ganas de beber”

“No me estoy dejando la espalda por las putísimas bebidas para que te estés quejando, Don Álvaro Mayo”; le respondió Bea.

“Va calmarse, quedan muchas paradas hasta Mago de Oz y a este paso ya nos habremos pegado” Paul intentó ser mediador.

Martin seguía sin entender nada, se estaba agobiando un montón y al poco empezó a marearse. No le gustaban las multitudes, y menos con tanto jaleo como el que había. Empujones, gritos, golpes...  Empalideció casi al borde del llanto y Juanjo pareció darse cuenta, susurró “¿Estás bien?” Su preocupación era genuina, sobre todo porque era su primer tranvía en pilares.

“No la verdad, creo que me está bajando la tensión.”

Entonces le cogió de la mano con fuerza, y sonriendo le dijo “No te sueltes pues, te tengo, aunque también te digo, si te cayeses tendrías alguien en quien apoyarte, porque vamos como en una lata de sardinas”

Martin se limitó a sonreírle de vuelta, pero por dentro su corazón palpitaba al ritmo de una cumbia. Desde luego el maño quería ayudar, pero si seguía así se desmayaría de verdad.

Ruslana iba a su bola pero se percató unas cuantas paradas más tarde, cuando iban por Carlos V. Le miró intensamente mientras intentaba no hacer muecas de la risa y Martin le miraba con caras que no se podían traducir de ninguna manera sino "Ruslana haz el favor de disimular más."
Estuvieron todo el viaje así, de la mano y sin hablar.

“Ya me jodería vivir en Los Olvidados” fueron las primeras palabras que dijo Kiki en todo el trayecto y no pudo evitar reirse estruendosamente.

“Buah imagina que te preguntan dónde vives y vas y dices que en Los Olvidados” Dijo Ruslana entre risas, que también empezaba a desvariar. Lo peor es que todavía no habían bebido nada. De la misma manera, criticaron los nombres de las siguientes paradas hasta que por fin llegaron a Valdespartera.

Y efectivamente, Juanjo no había soltado a Martin en todo el camino, hasta que salieron de ese vehículo infernal.

“Por fin” Gritó Álvaro dando una gran bocanada de aire, acto seguido empezó a cantar como la Shanis,  “Saca la botella que nos vamos a emborrachar, voy con los míos.”

Ahora tocaba dirigirse al descampado detrás del Espacio Zity, el concierto de Bad Gyal ya había empezado, así que tenían musiquilla de fondo.

Había una horda de canis pero no pasaba nada, porque daban un poco de vidilla. Juanjo bromeó sobre liarse a puñetazos con alguno; afirmaba que de un soplo los tumbaría a todos, ya que no tenían capacidad pulmonar por los vapers de frutos rojos que se fumaban.

Los canis ya no son lo que eran.

Entretanto, Bea sacó las botellas; Jagger con Monster, «¿qué cojones?» pensó Martin, y Kalimotxo. Así pues, empezaron todos a beber.

De repente se les acercó alguien “Oye me dais un poco o qué“ Era Naiara.

“¡Naiara! ” gritaron todos al unísono.

“Bajad la voz, que si no va a venir la gente. Yo venia a ver a la Bad Gyal pero no me dejan entrar porque hay aforo completo, coño, ¡si yo tenía entrada y además es mi amiga! Así que no me queda otra más que moverme con mi gente, y vosotros parecéis lo suficientemente mayores como para pediros alcohol, que pa una vez que no llevo a un bote...joder”

“No te preocupes reina, estamos a tus pies” Le dijo Ruslana, al igual que Álvaro era su fan. Más tarde le pedirían una foto.

“¿Sabéis? en mi primer botellón me pilló mi madre, que vergüenza. Pero vamos que seguí así, siempre he sido una choni de manual."

La noche dió un giro inesperado y estuvieron de roneo con Naiara y con los canis de alrededores. No estuvo tan mal.
Descubrieron mucho sobre la dinámica del grupo cuando iban borrachos:

Paul y Álvaro estaban pegados como lapas sin parar de hablar. Habían descubierto que ambos son andaluces así que compartieron su fanatismo por el Betis. Más tarde cuando bebieran un poco más acabarían reconociendo que los dos jugaban al L.O.L.

Rus, Kiki y Bea se reían de literalmente todo. Su principal objetivo era el martillo de las ferias, bromeaban con que se montarían. Evidentemente no sería así.

Juanjo estaba enfadadísimo y buscaba pelea, Martin por otro lado estaba desconcertado e intentando calmarle, aunque no podía pronunciar ni una frase coherente. Además, se le subió demasiado rápido, y eso que solo había bebido kalimotxo, el Jagger estaba asqueroso.

Sólo faltaba alguien que llorara, y Naiara no iba a ser, era el alma de la fiesta, consiguió integrarse estupendamente en el grupo.

Entre todo el percal había una cosa que estaba clara: Los pilares habían sido inaugurados.

¡Que es broma, España! Juantin OT 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora