Latidos del corazón - Jungji [mini Au]

Es demasiado

Capítulo 3 

╭══════ Ji Seok Flashback ══════╮

Me sentía totalmente incómodo siendo tocado y abrazado por gente que no conocía pero mamá dijo que tenía que intentar comprender que ellos solo querían sentir por última vez como latía el corazón de su hija, aunque estuviera en otro cuerpo. Ya había convivido con los padres de Eun Ji por lo que sabía que eran buenas personas, aun así seguían siendo desconocidos para mí. Al contrario de mi madre, a mí se me complicaba demasiado el hecho de agarrarle cariño a las personas, sí, sabía que habían hecho algo muy bueno por mí pero aun así no les podía tener el cariño que les tenía mi madre.   

Solo podía fingir una sonrisa mientras la madre de Eun Ji acariciaba mi rostro, después de todo fingir sonrisas era lo único que podía hacer bien. 

— Debes estar tan feliz... Tienes una segunda oportunidad de vida.

— Claro... Estoy feliz.

Mentí, no quería vivir.

— Estamos muy agradecidos con ustedes por habernos dado esta oportunidad, donar un órgano de un ser querido es muy difícil y más si se trata del corazón.

Mi madre sollozó mientras hablaba con la madre de Eun Ji.

— Esto era lo que nuestra Eun Ji quería... En cuanto se enteró que era compatible con Ji Seok ni siquiera lo pensó, quería que la persona a la que le donáramos su corazón fuera Ji Seok.

Eso era cierto, recuerdo que cuando Eun Ji se enteró que necesitaba un trasplante de corazón quiso saber si era compatible conmigo, al enterarse que si era compatible y que su corazón me serviría dijo que me lo donaría sin siquiera tomarse el tiempo de pensarlo. Al principio me negué pero ella solo se justificaba diciendo que de todas formas moriría y prefería que al morir sus órganos fueran donados para dar vida en vez de que se pudrieran. 

Honestamente, enterarme que necesitaba un trasplante de corazón o moriría fue un alivio para mí y más cuando los doctores estaban desesperados al no encontrar a nadie compatible, realmente pensé que yo finalmente tendría un alivio. Pensar de ese modo me hacía sentir realmente egoísta, veía como mi madre y mi hermano lloraban al no encontrar una solución para mí. 

A veces me pregunto... Si yo no hubiera fingido sonrisas, si no hubiera fingido que realmente quería vivir, ¿La historía hubiera sido diferente? ¿Eun Ji hubiera comprendido que yo realmente no quería vivir? ¿Cómo estaría mi familia? Preguntas como esas invadían mi cabeza desde que desperté de la operación, preguntas como esas me hacían sentir escalofríos, no quería pensar así pero no podía evitarlo.

La recuperación estaba siendo bastante difícil pero creía que fingiendo que me sentía bien delante de todos iba a recompensar el pecado de tener pensamientos negativos, después de todo, siempre fingía que estaba bien, nunca permití que nadie me rompiera, ni siquiera permitía que mis propios pensamientos me rompieran. 

╰══════ Fin Flashback ══════╯

Jungsu

Los rayos del sol golpeaban mi rostro, bostecé y cubrí mi cabeza con las sábanas. Todo mi cuerpo dolía como si me hubiera pasado un camión por encima, evidencia clara del ataque de ansiedad que había tenido ayer. Ni siquiera recordaba como había llegado a casa.

Solté un bufido y me levanté de la cama, sentía el cuerpo pesado y no tenía muchas ganas de ir al trabajo, pero no tenía otra opción. De mala gana me levanté y tomé una ducha rápida antes de vestirme y salir del apartamento. 

Desde que Eun Ji murió mi horario laboral se convirtió en una tortura, cada vez que me quedaba pensativo por unos instantes me llenaba de miradas de lástima por parte de mis compañeros, todos sintiendo pena por el pobre chico al que se le murió la novia y ahora está solo. 

Era algo molesto al principio, con el paso de los días me fui acostumbrando, o eso es lo que me gusta creer, ya no me molestaban las miradas... Ni siquiera me molestaban los murmuros que oía cuando cotilleaban sobre mí con los clientes frecuentes o incluso entre ellos mismos. 

— Hey Jungsu... ¿Todo bien? 

Me interrumpió la voz de mi jefe, ni siquiera me había dado cuenta cuando se había acercado a mí.

— Todo bien.

Respondí, aun cuando tenía ganas de llorar por dentro. 

— ¿Seguro? Te noto pensativo. 

Insistió, mis compañeros posaron sus miradas poco disimuladas en nosotros.

— Sí — Reafirmé. — Solo estaba pensando en las facturas que debo pagar...

Busqué una excusa rápida rogando por dentro que mi jefe se conformara con esa respuesta. Me miró vacilante unos segundos y luego simplemente asintió con su cabeza, tuve que reprimir un suspiro de alivio. 

— Está bien... sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa, ¿no? 

— Lo sé, gracias. 

Mi jefe me dio una leve palmada en el hombro para luego volver a su oficina. Continué limpiando el mismo mostrador que había estado limpiando antes de que él llegara. 

— Ouu, Jungsu... ¿Te está faltando dinero? 

Una voz aguda me hizo levantar mi mirada, una de mis compañeras de trabajo se había apoyado en el mostrador, mirándome con su delineado mal hecho. 

— No. 

Respondí intentando no sonar demasiado duro. 

— Ay es que... no es que sea chismosa pero... no pude evitar escuchar la conversación que tuviste con el jefe y bueno... 

Dejé de escucharla cuando dijo "no es que sea chismosa", Sakura era una de las más chismosas del trabajo, conocía los secretos más oscuros de todos y siempre era ella la que se encargaba de expandir los chismes. 

— No deberías avergonzarte si necesitas dinero, todos hemos pasado por esa situación difícil y rea-

— No necesito dinero.

La interrumpí mirándola con seriedad esperando que leyera en mi rostro la incomodidad que me provocaba su sola presencia pero seguía parada mirándome. 

— Bueno está bien... pero por favor, recuerda que si necesitas algo puedes decírmelo, estoy aquí para ti.

Antes de que pudiera responderle un grupo de personas entró al restaurante, me sentí aliviado al tener una escapatoria de la conversación con Sakura, ambos comenzamos a atender a los clientes y no volvimos a cruzar palabras.

Para cuando terminó mi turno ya estaba camino a mi apartamento sintiéndome mental y físicamente agotado, pero era una rutina a la que me había acostumbrado. Solo llegué y me recosté en la cama deseando que el día acabara pronto.